Según la investigación, la denuncia ya fue presentada ante la fiscalía y la secretaría anticorrupción. Sin embargo, la nota periodística apunta a la posible complicidad de un alto funcionario. Se menciona a Jorge Zarco, coordinador de comunicación de Pemex, a quien se le atribuye una presunta cercanía con las empresas implicadas, incluso presumiendo de ella.
La respuesta de la presidenta Sheinbaum fue, en apariencia, contundente: “Llamamos a investigar a fondo y a que las instancias correspondientes actúen con transparencia y eficiencia. Toda la información será entregada a la secretaria anticorrupción, Luz Helena González.”
Pero la declaración no logró aplacar las dudas. Para muchos, la aparente falta de acciones inmediatas y la presunta protección por parte de funcionarios de Pemex genera un clima de escepticismo. La narrativa se complica aún más si consideramos el legado de la lucha anticorrupción del gobierno anterior, encabezado por Andrés Manuel López Obrador.
La ausencia de sanciones visibles y la falta de información detallada sobre el avance de la investigación alimenta las especulaciones. Se cuestiona si la promesa de investigación es solo un gesto protocolario o si, por el contrario, se trata de una estrategia para minimizar el impacto de las acusaciones. La pregunta sigue abierta: ¿Se prioriza la transparencia o se busca encubrir la verdad?
La investigación sigue en curso, y con ella, la incertidumbre. El tiempo dirá si la promesa de investigación se traduce en acciones contundentes, o si las acusaciones se difuminan en el laberinto burocrático, dejando un manto de duda sobre la administración actual.