Dos términos que a menudo se confunden son pensión y jubilación. Si bien se usan indistintamente en la conversación diaria, la realidad es que no son lo mismo. Según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la diferencia radica en su esencia.
La pensión, según el IMSS, es una prestación económica mensual que se otorga al trabajador por diferentes razones: accidentes laborales, enfermedades, accidentes no laborales, o al cumplir los 60 años. En caso de fallecimiento del trabajador, sus beneficiarios pueden recibir este pago. Es un apoyo económico, sin importar si se está o no jubilado.
Por otro lado, la jubilación representa el fin de la vida laboral activa. Es un derecho establecido en la Ley del Seguro Social, diseñado para garantizar una vejez digna y sin presiones laborales. Formalmente, se trata de un trámite ante el IMSS o el ISSSTE que concluye la actividad laboral formal, y que generalmente conlleva el inicio del cobro de una pensión.
Entonces, ¿cuál es la diferencia clave? La jubilación es el proceso, la pensión es la consecuencia. La pensión es el pago periódico, mientras que la jubilación es el acto administrativo que te da derecho a ella. Es importante tener en cuenta que, si bien las leyes mexicanas no definen explícitamente "jubilación", sí establecen claramente el concepto de pensión.
Obtener la pensión por jubilación, no obstante, requiere cumplir con ciertos requisitos que varían según el régimen del trabajador (Régimen 73 o Régimen 97 del IMSS).
Requisitos para pensión por jubilación (Régimen 73 del IMSS):
- 60 años cumplidos al solicitar la pensión.
- Baja del régimen obligatorio del Seguro Social.
- Estar dentro del periodo de conservación de derechos.
- Al menos 500 semanas cotizadas.
- Cotizaciones antes del 1 de julio de 1997 para elegir la aplicación de la Ley del Seguro Social vigente hasta el 30 de junio de 1997.
- Al menos 60 años cumplidos.
- Baja ante el IMSS.
- Mínimo 850 semanas cotizadas.