Carlos Slim y la caída de CompUSA: 355 millones de dólares en pérdidas

Carlos Slim Helú, un nombre sinónimo de éxito en México y a nivel global, experimentó una significativa pérdida financiera relacionada con una adquisición tecnológica. Su incursión en el sector no fue tan fructífera como esperaba.
El gigante mexicano, a través de su empresa Grupo Sanborns, adquirió en el año 2000 la cadena de tiendas de electrónica CompUSA. En ese entonces, a principios de la década del 2000, CompUSA era un nombre reconocido en Norteamérica, un referente en la venta de computadoras, software y electrónica. Slim vio una oportunidad de expansión en un mercado en crecimiento. La estrategia parecía sólida.
Sin embargo, la transformación digital estaba en marcha. El auge del comercio electrónico, con gigantes como Amazon y Best Buy, comenzó a cambiar la forma en que la gente compraba tecnología. La competencia se intensificó y CompUSA, a pesar de los esfuerzos de modernización por parte de Slim, no pudo competir con la eficiencia y alcance de estas nuevas plataformas.
Las pérdidas comenzaron a acumularse. Siete años después de la adquisición, en 2007, Slim tomó la difícil decisión de vender CompUSA a Systemax, una empresa estadounidense enfocada en el comercio electrónico de tecnología, por una cifra que reflejó una pérdida de 355 millones de dólares para el magnate mexicano. "Fue una decisión difícil, pero necesaria," se podría inferir de la situación. Esta venta marcó un momento significativo en la carrera empresarial de Slim, un recordatorio de que incluso las mejores estrategias pueden verse afectadas por fuerzas externas impredecibles.
Tras la venta a Systemax, CompUSA sufrió una transformación radical. La mayoría de sus tiendas físicas cerraron. Con el tiempo, la marca fue absorbida por TigerDirect, una subsidiaria de Systemax, desapareciendo del mapa comercial. La historia de CompUSA es un caso de estudio fascinante sobre la disrupción tecnológica y la adaptación al cambio en el mercado global.