‘Droga zombie’ expande su uso en México y genera alerta sanitaria

La Secretaría de Salud del Gobierno federal emitió una alerta debido al aumento en el consumo de la denominada “droga zombie” en el norte de México, fenómeno que coincide con la advertencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre su expansión global. Esta sustancia, conocida científicamente como xilacina, es un sedante veterinario diseñado para uso en animales como bovinos, equinos y caninos, pero que ha sido identificado desde mediados de la década de 2000 en consumo humano, presentando graves riesgos para la salud.
Los efectos de la xilacina incluyen desde sensación de euforia y sedación hasta síntomas peligrosos como hipotensión, bradicardia, hiporreflexia y desorientación, así como la reducción del ritmo respiratorio y cardíaco. La vida media de eliminación de esta droga varía entre 23 y 50 minutos, lo que hace que los consumidores busquen dosis repetidas, aumentando así el peligro de sobredosis. Además, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) ha reportado que la xilacina se encuentra frecuentemente combinada con fentanilo, lo que incrementa significativamente el riesgo de depresión respiratoria mortal.
Un informe reciente de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) señaló que en el norte de México farmacias han estado vendiendo ilegalmente xilacina y otras sustancias sin receta médica, incluso a turistas. Un estudio reveló que el 70% de las farmacias examinadas ofertan estos fármacos sin control y que un porcentaje considerable distribuye productos falsificados. Esta problemática se extiende a plataformas digitales, donde la venta de xilacina y otras drogas se realiza tanto en mercados clandestinos como en sitios de comercio electrónico y redes sociales.
En abril de 2024, la Secretaría de Salud alertó sobre la adulteración de heroína y fentanilo con xilacina en ciudades como Tijuana y Mexicali, donde se detectaron residuos de la sustancia en un número significativo de muestras analizadas. La dependencia instó a reforzar la vigilancia y capacitación del personal de salud para atender casos de intoxicación por xilacina, especialmente cuando se combina con opioides, benzodiacepinas o alcohol, lo que puede provocar depresión severa del sistema nervioso central, paro cardíaco o coma.