Apoya Arsobo a Ramoncito con silla de ruedas acorde a sus necesidades

Nogales.

El pequeño de 6 años de edad sufre parálisis cerebral, viaja desde Yécora para recibir esta donación.
Luego de varios años de estar batallando por conseguir una silla de ruedas acorde a su discapacidad, el niño Ramón Francisco Bustillos González recibió una silla especial de la Asociación Arizona-Sonora- Border (Arsobo).
Procedente de Maicoba, municipio de Yécora, en los linderos con el estado de Chihuahua, este niño de seis años y con parálisis cerebral viajó junto con su madre Mirna González Álvarez para recibir una silla debidamente equipada.
“Estamos muy agradecidos porque después de varias vueltas para que le tomaran las medidas”, expresó González Álvarez, “ya el niño cuenta con la silla de ruedas de acuerdo a su discapacidad”.
Por falta de oxígeno al nacer, Ramón Francisco “Ramoncito”, como es llamado de cariño, presentó problemas que derivaron en la parálisis cerebral y tiene que estar en una silla de ruedas.
La solidaridad de personas altruistas y en este caso fue un ciudadano americano quien los recomendó con la Asociación Manitas que Hablan para buscar la forma de allegarles una silla de ruedas.
En todo este tiempo Ramoncito se le trasladaba en carriolas infantiles y luego en sillas de ruedas “normales”, relata la madre del infante, hasta que les consiguieron una cita con Arsobo a través Manitas que Hablan. “Hace tiempo nos trasladamos a Nogales y llegamos aquí”, describe, “en donde le tomaron las medidas al niño y ahora ya le están entregando la silla de ruedas, por lo que está muy contento”.

Sirven de intermediarios
La presidenta de la asociación Manitas que Hablan, Teresa Hernández Valdez manifestó solo haber sido el conducto para que Ramoncito contara con la silla de rueda, luego de que un ciudadano americano los contactara.
“Una de las personas que nos apoyaron a nosotros de Phoenix”, recordó, “nos puso en contacto para ayudarles en lo posible a esta familia, tanto en su estancia en Nogales y lo que tienen que hacer”.
Han servido de intermediarios y este esfuerzo, dijo, ha fructificado porque ya cuenta con su silla y el niño podrá ir progresando en su rehabilitación en el lugar en donde viven.

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