La tradición que se ha ido perdiendo durante Semana Santa

Nogales.

La Semana Santa son días de luto, fiestas de guardar, de estar en oración y a su vez acompañar a María en su dolor, dolor que la gente del pueblo y de ésta misma ciudad vivían años atrás y que hoy para muchos sólo significan días de descanso, playa, embriagarse y fiesta, opinan personas de la comunidad y poblados vecinos.
En éstos días se conmemora la pasión de Jesucristo, cuando fue aprehendido, llevado a juicio, condenado y luego crucificado; hablaron de las tradiciones antiguas y prefirieron guardar su anonimato, sin embargo compartieron y revivieron sus experiencias inculcadas por sus padres y que hoy en día se han perdido.
La tradición se vivía desde el inicio de la Cuaresma, con la imposición de ceniza y durante éstos días se hacía penitencia, no sólo la gente del pueblo y rancherías, también en la ciudad y, más aún los días de Semana Santa.
Durante la semana hasta el miércoles hombres y mujeres tenían para trabajar y hacer las labores del hogar; durante estos días se tenía que cocinar lo que se comería el jueves y viernes.

Jueves
“Ni a los niños les pegaban esos días, ellos formaban parte de todo lo que implicaba vivir esta semana” expresó Guadalupe Muñoz, quien vivió y compartió parte de estas tradiciones.
Llegando el Jueves Santo, se acababan los quehaceres del hogar, se servía la comida que se preparó en la semana, no se lavaba ni ropa y las personas tampoco se bañaban y peinaban; se dedicaban a prepararse para vivir la pasión de Cristo.
Es cuando se lleva a cabo el lavatorio de pies, donde se escogen a doce varones que representen a los discípulos de Jesús para que el sacerdote, en su representación, emule el ritual que se llevó a cabo durante la
Última Cena y que significa la humildad de Jesús y el lavado de los pecados.
Quienes representaban a los doce apóstoles muchas veces eran personas que servían a la iglesia, sin embargo, había muchachos descarriados que trataban de ser acercados a la iglesia mediante este ritual; era un honor para los doce hombres que les lavaran los pies, coincidieron las personas entrevistadas.

Viernes
Este es el día en que se conmemora la muerte de Jesús, el día más grande y doloroso; tampoco podían bañarse ni hacer quehacer en el hogar, sólo se levantaban y acostumbraban a ayunar, vestir de negro y guardar luto; especialmente este día se ayunaba.
Preparaban un altar con la cruz de Cristo y esperaban pasar la representación del Viacrucis con actores que imitaban el trayecto de Jesús cargando con la cruz hasta su muerte.
“Algunos esperaban en sus hogares para unirse, otros iniciaban con la primera estación y en momentos ayudaban a cargar la cruz”
No había burlas, todo era tristeza, dolor, cada estación y recorrido se vivía a flor de piel hasta que Jesús fue crucificado. A las 3:00 de la tarde que es la hora que Jesús murió en la cruz el dolor aumentaba y el silencio en la ciudad se notaba. Los negocios locales estaban cerrados; no se podía trabajar, no había música, ni paseos que denotaran alegría; las familias regresaban a sus casas y después del ayuno hay quienes comían y otros cambiaban su ropa y regresaban para la marcha del silencio y acompañaban a María, la madre de Jesucristo en su dolor con el rosario de pésame.
Durante la noche del viernes se lleva a cabo la quema del Judas, un muñeco al que se le prende fuego, representando al apóstol que traicionó a Jesús.

Sábado
Antiguamente, durante este día se le arrojaba agua a la gente que pasaba por la calle. Esta tradición significaba alegría y la ducha por no bañarse en la Semana Santa hasta el sábado de Gloria, cuando se limpiaba de pecado. A media noche, se encendían las velas para significar la llegada y resurrección de Jesús.
Durante este día también se acostumbraba a dar cintarazos “no tan duros” y había que ordenar la casa y dejar todo listo para recibir a la familia al día siguiente.

Domingo
El día de Pascua conmemora la Resurrección de Jesús, todo era fiesta y reunión familiar, se preparaba la comida y se compartía la felicidad con  sana convivencia.

Rancherías
En las rancherías si no iban a la iglesia, se preparaban las estaciones y entre los miembros de la familia se hacían las oraciones; se guardaba el luto; no se trabajaba en el campo y tampoco en el hogar’ no se bañaban hasta el sábado de gloria; la comida que se preparaba entre semana se juntaba el jueves y viernes y era lo único que se comía. También se practicaba el ayuno.
Si llegaban visitas que no acostumbraban esta tradición, se les pedía respetuosamente se retiraran pues vivían el luto de la crucifixión y muerte de Jesucristo.

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