Dan el último adiós a Francisco Loureiro

Las cenizas de Francisco Loureiro Herrera arribaron albergue San Juan Bosco en medio de flores, aplausos y música de mariachi; un último adiós se le brindó en el lugar donde ayudó a más de un millón de migrantes.
En el lugar, familiares y amigos se dieron cita para rendirle un homenaje a un hombre altruista, a un hombre que dio mucho por Nogales y los nogalenses, pero más que nada a un hombre que fue un gran amigo, según palabras de los propios vecinos que por años convivieron con él durante largas jornadas de ayuda a los más desprotegidos.
La despedida de don Loureiro en el recinto en que prestó su servicio a miles de familias tuvo lugar al lado de la Virgen de Guadalupe y San Juan Bosco, de quienes siempre fue un fiel devoto, su compañera de vida, la señora Gilda Esquer de Loureiro acompañada de sus hijos y nietos encabezaron el homenaje para agradecer al hombre que tanto logró y que tanto dio a los más necesitados.
El adiós al reconocido personaje que en 2017 recibió el premio Filantropo Sonorense a nivel Estatal, pero cuyo reconocimiento más importante para él y su familia han sido los miles de agradecimientos y sonrisas brindadas por los migrantes a los que por casi 40 años al frente del albergue San Juan Bosco ha dado cobijo.
Por los miles de migrantes que él ayudó, habló una vecina que agradeció a nombre de todos la obra que en vida encabezó don Francisco y misma que le gustaría continuara toda la familia, principalmente sus hijos, pues era algo que él no sólo hacía con amor, sino con orgullo y devoción por lo que segurmente se sentitía honrado de que siguieran sus pasos, expresó.
A partir de ahora, el albergue San Juan Bosco refugia también las cenizas de un gran hombre, un ejemplo de filantropia, de amor a los semejantes y sobretodo de una persona digna que en vida dio todo de sí para que los desprotegidos recibieran alimento y techo ante cualquier inclemencia.