Muere quemado un adulto mayor en Agua Prieta

Agua Prieta.

Don Francisco Javier Leyva Gastélum de 72 años de edad, vecino de calles 11 y 12 avenida 32 de la colonia Acapulco, ardió en llamas envuelto en las cobijas de su cama que se encontraba en proximidad con la chimenea prendida.
Y aunque un socorrista arriesgó su vida tratando de salvarlo, el adulto mayor falleció a causa de quemaduras de tercer grado que sufrió en todo su cuerpo.
Cuando llegaba a su casa después de trabajar en la herrería que tiene su padre Daniel Velarde Méndez, el socorrista Jonathan Alejandro Velarde Domínguez, fue avisado por el joven Ángel Alberto Loya sobre las llamas que había en el interior de la casa de Don Francisco Javier Leyva.
Comentó que ya había tocado otras puertas de sus vecinos buscando ayuda para Don Javier, pero no le abrieron ninguna puerta y fue cuando vio al socorrista llegar de su trabajo y le explicó la emergencia.
Al observar dentro de la vivienda por una ventana se dieron cuenta que había mucho humo en el interior e incluso que estaba emergiendo por la parte del techo.
Sin respuesta al llamarlo y tras tocar la puerta en repetidas ocasiones, hubo un momento de silencio en el que se escucharon lamentos de profundo dolor y fue cuando el socorrista decidió derribar la puerta y al abrirla salió una bocanada de espeso humo.
Enseguida ingresó arriesgando su propia vida y cruzó el mostrador donde el occiso arreglaba equipos electrónicos y a ciegas se abrió paso entre los televisores descompuestos que había sobre el piso, y salvado el laberinto de obstáculos llegó hasta su recámara.
“Vi que estaba ardiendo de la cara y a tientas logré tomarle el brazo izquierdo y luego el derecho para jalarlo hacia afuera de ese infierno, pero se me resbalaba su carne de mis manos y lo volvía a sujetar hasta que pude jalarlo y ponerlo en la puerta”, expresó describiendo la rápida extracción.
Jonathan Alejandro Velarde Domínguez, de 24 años de edad y con cuatro años de servicio como socorrista, comentó que llamó a sus compañeros pidiendo una ambulancia.
“Llegaron de inmediato junto con los bomberos, pero ya los vecinos habíamos echado cubetazos de agua a las llamas y prácticamente estaba sofocado el incendio”.
Pacientes que se encontraban en la sala de espera del Seguro Social, se salieron al ver que los pedazos de carne de Don Francisco Javier Leyva quedaban en el piso y tras 20 minutos de su ingreso, dejó de existir.

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