El colectivo Madres Buscadoras de Sonora, un faro de esperanza en medio de la oscuridad de las desapariciones forzadas, realizó un hallazgo desgarrador este sábado. En una zona de difícil acceso cerca de la colonia Mayo-Yaqui, en Nogales, encontraron tres cuerpos: dos hombres y una mujer.
La descripción de la mujer hallada es particularmente detallada: "Llevaba varios tatuajes, entre ellos una mandala de corazón, los nombres Dariana y Arlett, un atrapasueños en su costilla derecha y unas alas en su espalda. Vestía pantalón rojo y suéter negro," según el comunicado del colectivo. Los hombres fueron encontrados con vestimentas diferentes; uno con sudadera gris, playera roja y bóxer verde oscuro, y el otro con sudadera azul oscuro, bóxer amarillo y pantalones negros.
Este descubrimiento, aunque doloroso, no es un hecho aislado. Las Madres Buscadoras de Sonora, un grupo conformado por mujeres y familiares de desaparecidos, han estado trabajando incansablemente, muchas veces enfrentando la indiferencia de las autoridades. Su labor, llevada a cabo con recursos limitados y una valentía inquebrantable, ha sido crucial para visibilizar un problema que por mucho tiempo se mantuvo en las sombras.
Su lucha, sin embargo, ha trascendido la búsqueda individual. Gracias a su persistencia, se han logrado avances significativos:
- La tipificación de la desaparición forzada en el Código Penal Federal.
- La creación de la Ley General en Materia de Desaparición.
- El establecimiento de la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB).
Las Madres Buscadoras de Sonora continúan su lucha; cada hallazgo, aunque doloroso, es un paso en la búsqueda de la verdad y la justicia.