A las 2:30 de la madrugada, un grupo de jóvenes con capuchas y guantes interrumpió la tranquilidad de un vecindario en Glendale, Arizona. Durante varias horas, el grupo desvalijó casas y robó vehículos en la zona.
Los jóvenes, con una edad que oscila entre los 14 y los 16 años, se desplazaban por las calles de Glendale y Phoenix, con la destreza de un equipo de especialistas. Su objetivo: casas y vehículos, de los que sustraían objetos sin importarles el riesgo de ser descubiertos.
Las autoridades atribuyeron al grupo un total de 46 casos de robo. En uno de los incidentes, entraron en una casa mientras la familia dormía. En otro caso, un residente sorprendió al grupo y logró ahuyentarlos, lo que levantó sospechas. El vehículo que usaban, un BMW plateado, estaba robado y les permitió moverse con impunidad durante varios días.
La investigación, que comenzó después de un incidente ocurrido el 16 de julio, permitió a las autoridades rastrear el vehículo y dar con el paradero de los jóvenes. El 14 de agosto, la policía de Glendale arrestó a cuatro de ellos, mientras que la policía de Phoenix detuvo a un quinto sospechoso.