Tucson busca ser ciudad santuario: una iniciativa que divide a Arizona

En Tucson, Arizona, la organización Stand Up, Fight Back Tucson ha iniciado una campaña para convertir a la ciudad en un "santuario para todos". Esta iniciativa, que busca recolectar más de 5,000 firmas para presentarlas al Ayuntamiento y a la alcaldesa Regina Romero, no es una simple petición más. Surge como respuesta directa a las "numerosas órdenes ejecutivas y cambios fundamentales en el gobierno que atentan contra los derechos y el bienestar de cada persona que reside en los Estados Unidos," según explicaron sus organizadores, quienes prefirieron mantener el anonimato por temor a represalias.
El modelo que propone esta campaña se inspira en otras ciudades santuario en el país, pero con un enfoque particular: “Queremos proteger los derechos y el bienestar de todas las comunidades marginadas,” explicaron. “Y bajo la actual administración, eso somos todos.” Esta visión inclusiva busca ir más allá de la protección a los inmigrantes, extendiendo su alcance a otras poblaciones vulnerables.
Sin embargo, la propuesta no carece de oposición. Kathleen Winn, presidenta del Partido Republicano del Condado de Pima, considera que las ciudades santuario permiten "eludir la ley" y que se debe priorizar el orden público para el desarrollo económico de la ciudad. "Espero que no lo hagamos," dijo Winn. "Y que cualquiera que haya propiciado que queramos ser una ciudad santuario, en este momento, necesite asesorar a la ciudad y a la alcaldesa de que este es un mal plan."
Mientras tanto, voces como la de Karl Kasarda, un residente que se mudó de Nueva York, apoyan la iniciativa. Kasarda, aunque reconoce sus dudas sobre la efectividad de las ciudades santuario, cree que “lo que tenemos aquí en Tucson necesita ser preservado, no solo por lo que es, sino porque la gente no debería ser abusada de esa manera.”
Para presionar por sus demandas, los organizadores planean una concentración en el Ayuntamiento el 8 de abril. La alcaldesa Romero, contactada por 13 News, no estuvo disponible para comentar sobre la propuesta. La situación deja abierta una amplia discusión sobre el futuro de Tucson y su papel en el actual panorama político nacional.
La historia de un perro de 14 años en Indiana, cuyo último gran viaje se dio tras la muerte de su dueño, aunque conmovedora, es ajena a este contexto, y no guarda relación directa con la campaña por la ciudad santuario en Tucson.