Escuela en Phoenix, Arizona, lucha contra el hambre estudiantil por falta de recursos

Según testimonios recabados, "es un modo de pánico constante porque merecen comer, y es mi responsabilidad hacerlo posible", confesó la directora Laura Metcalf, quien junto a su equipo ha tenido que recurrir a medidas extremas para evitar que los alumnos pasen hambre. La institución, una escuela autónoma sin fines de lucro, opera con un presupuesto tan ajustado que solo cuenta con $6,600 para alimentos durante todo el ciclo escolar, una cifra que apenas cubrirá hasta enero.
Detalles clave del caso:
Mientras buscan apoyo de organizaciones benéficas o donantes, la incertidumbre persiste. Cada mañana, el equipo directivo debe resolver cómo conseguir comida ese día, un estrés añadido a su labor educativa. La directora Metcalf lo resume así: "Todo niño merece una comida. Su código postal o situación económica no deberían definir si comen o no".