Notre Dame, con un récord de 13-1, se enfrentó a la número 2 del ranking, Georgia (11-2), en una contienda que definiría su pase a las semifinales del playoff colegial. La ausencia de Carson Beck, quarterback titular de Georgia, debido a una lesión en el codo sufrida en el juego de campeonato de la Conferencia del Sureste, marcó un punto de inflexión desde el inicio. Su reemplazo, Gunner Stockton, tuvo una actuación destacable, completando 20 de 32 pases para 234 yardas y un touchdown.
El partido estuvo marcado por jugadas cruciales. "Una astuta jugada del entrenador Marcus Freeman" fue clave para el triunfo de Notre Dame. En un momento crítico, con Georgia a punto de acercarse en el marcador, Freeman optó por una estrategia arriesgada. Con Georgia en cuarta oportunidad y corta distancia, Freeman envió inicialmente al equipo de despeje al campo, para luego sustituir a todos los jugadores y enviar a la ofensiva. Esta maniobra obligó a Georgia a una falta de salida, regalando a Notre Dame un primer down crucial que consumió tiempo valioso en el reloj.
Riley Leonard contribuyó significativamente a la victoria de Notre Dame con 90 yardas por pase y un máximo de equipo de 80 yardas por carrera. Jayden Harrison añadió emoción al encuentro con una impresionante devolución de patada de 98 yardas para touchdown. La sólida defensa de Notre Dame también fue fundamental para contener el ataque de Georgia, sellando la victoria por un marcador final de 23-10.
La victoria aseguró a Notre Dame un lugar en las semifinales, enfrentándose a Penn State (13-2) en el Orange Bowl de Miami el 9 de enero. El partido fue un despliegue de estrategia, talento y momentos de alta tensión, dejando a los aficionados con la emoción de una final electrizante por venir.