Antonio Banderas con alma de niño

Los Ángeles.

El actor malagueño es un reincidente de las películas infantiles.
Por alguna extraña razón, Antonio Banderas siempre regresa al cine infantil. Esta semana reaparecerá en el género como el pirata Barbaburguer de Bob Esponja: una aventura fuera del agua, que sumará a su selecta lista de entrañables personajes compuesta por Gregorio Cortez de la saga de Spy Kids y El gato con botas, que primero apareció como un personaje secundario en Shrek y luego consiguió su propio largometraje.
¿Pero por qué los proyectos infantiles vuelven una y otra vez a la vida de Banderas? Es el propio actor malagueño quien tiene la mejor respuesta:
“Lo que ocurre en Hollywood es que si te ven con la capacidad de conectar con determinado público, tratan de explotarlo y te llaman de nuevo”, dice a Función en entrevista telefónica desde su mansión en Marbella.
“Creo que tengo una personalidad muy dúctil, que se adapta bien a diferentes personajes y en ese sentido creo que soy muy versátil, así es que los estudios vieron la posibilidad que creara este personaje”, explica sobre el caricaturesco bucanero que se robará la receta secreta de la Cangreburguer, provocando una auténtica revolución e Fondo de bikini, el pueblo de Bob Esponja y compañía.
Sobre su interpretación, el malagueño afirma que fue puro goce, excepto las horas en el cuarto de caracterización y el calor de Savannah, Georgia, EU, donde se rodó la cinta dirigida por Paul Tibbitt y Mike Mitchell.
“Este tipo de personajes te dan un poquito más de libertad creativa, porque son personajes que no existen, que habitan en el mundo de la fantasía, donde las cosas son más posibles.
“Barbaburguer es un villano, pero que es divertido, que no es tan malo y al mismo tiempo es el narrador de la propia historia y todo eso me hizo pasarla bien”, detalla Banderas con ese inconfundible acento que de inmediato también remite al Gato con botas.
El actor de clásicos del cine de Pedro Almodóvar como Átame! o Mujeres al borde un ataque de nervios, confesó que muy pronto descubrió la clave para dar vida a un villano como Barbaburguer, que consistió en pasársela bien.
“Sabía que si yo me divertía interpretando al personaje, los niños también lo harían, así es que le dimos una voz distinta y un trabajo corporal muy específico.
“Creo que lo hice con cierta dignidad y morí en el intento, pero disfruté divirtiéndome”, concluye sobre su afrenta cinematográfica con Bob Esponja y toda su pandilla, compuesta por los irreverentes Calamardo, Patricio, Arenita, Don Cangrejo y por supuesto el maléfico Plankton.
“Visualmente Bob Esponja es espectacular. Al personaje se le saca del mundo del 2D en televisión y se le mete al mundo del 3D muy singular, especial y muy hermoso de ver desde el punto de vista técnico”.

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