La historia de Lisa Findley, alias Lisa Holden, es una trama de misterio, fraude y obsesión por Elvis Presley. Esta mujer de Missouri, con un pasado marcado por pequeños timos y estafas, ha sido arrestada bajo acusaciones federales por un plan para extorsionar a la familia Presley y robarles la propiedad de Graceland, la mansión de Elvis en Memphis.
El caso se destapó cuando una empresa ficticia llamada Naussany Investments, sin ningún tipo de registro o evidencia de su existencia, presentó una demanda en la que alegaba que Lisa Marie Presley, la única hija de Elvis, le debía millones de dólares en préstamos impagados. Tras la negativa de la familia Presley a pagar, Naussany Investments intentó forzar una venta judicial de Graceland para cobrar la deuda.
La noticia se hizo viral, pero un juez de Tennessee rápidamente desestimó el caso al detectar que los documentos de Naussany Investments probablemente habían sido falsificados. Alguien que se hacía pasar por un representante de los estafadores envió correos electrónicos a los medios de comunicación, incluido NBC News, afirmando que una banda de ciberdelincuentes nigerianos era responsable del fraude.
Fue entonces cuando NBC News conectó a Findley con la trama de Graceland. Un perfil falso en Facebook con el mismo nombre que la empresa ficticia que intentaba forzar la venta de Graceland condujo a más de una docena de otros vínculos: correos electrónicos y reseñas en línea falsos, buzones postales y números de teléfono y fax, encontrados a través de registros judiciales, entrevistas, investigación en línea y reportajes en el terreno.
Rasheed Jeremy Carballo, un antiguo conocido de Findley, declaró ante un gran jurado que Findley le había contado detalles sobre un trato que involucraba la casa de Lisa Marie Presley y que les haría ganar millones.
La obsesión por el dinero y la fama puede llevar a las personas a cometer actos ilegales, especialmente cuando se trata de íconos como Elvis Presley.
Los documentos judiciales detallan la serie de identidades falsas, buzones postales y números de teléfono que Findley usó para llevar a cabo su plan. El caso promete ser un juicio mediático que atrapará la atención de todo el mundo, ya que la familia Presley y los fans de Elvis siguen de cerca cada detalle de la historia.