La imagen: un mini vestido negro de Alo, botas de leopardo, un gorro y guantes negros, y un bolso Chanel. Un conjunto sencillo pero impactante, que destaca su figura mientras posa en una fotografía que ya acumula miles de “me gusta”. Pero la imagen es solo una pequeña parte de la historia.
La modelo, de 30 años, también compartió detalles de su cena, mostrando platos de salmón y steak, evidenciando una noche placentera y sofisticada. Pero, ¿qué hay más allá de la opulencia? Un vistazo a un enorme anillo de diamantes y una manicura roja, detalles que no pasan desapercibidos.
La publicación llega justo después de que Georgina compartiera un video donde revela sus compras navideñas para su pareja, Cristiano Ronaldo. Entre los regalos, una crema personalizada de Charlotte Tilbury, la famosa Magic Cream, con la inscripción "Magic Cristiano". En el video, se le ve con una actitud divertida mientras muestra otros regalos, incluyendo cremas para su hermana y su madre.
“No pude resistirme y fui a hacer compras navideñas personalizadas. Esta Magic Cream es para Cristiano…”, dice Georgina en el video, mostrando la lujosa crema con el nombre de su pareja grabado.
Más allá de los regalos y las cenas de lujo, la historia de Georgina y Cristiano es una de esas que captan la atención de millones. Su romance, que comenzó en una tienda Gucci en Madrid en 2016, ha trascendido las fronteras, siguiendo los pasos de Cristiano en su carrera futbolística, desde Madrid hasta Turín, Manchester y ahora, Riad. El cambio a Arabia Saudita, como ella misma contó en su reality show "Soy Georgina", no estuvo exento de desafíos, incluyendo un mes viviendo en un hotel mientras buscaban casa. A pesar de los altibajos, la pareja, que tiene dos hijos en común y comparte la crianza de otros tres, mantiene una sólida relación que continúa fascinando al público.
Su historia, un cuento de hadas moderno con toques de realidad, nos muestra una faceta íntima, más allá de las imágenes cuidadosamente seleccionadas que comparte en sus redes sociales. Un recordatorio de que incluso en una vida llena de glamour, hay momentos cotidianos y desafíos personales.