Sofi Mayen: De Zacatecas a Universal, una década de lucha musical

Para Sofi Mayen, el lanzamiento de su disco Normal, tras casi una década de trabajo incansable, no es solo un hito en su carrera musical, es el culmen de un viaje lleno de giros inesperados. Un viaje que comenzó mucho antes de que "Nunca seremos nada", el sencillo que ya suena en todas las plataformas digitales, tomara forma.
A los 15 años, un concurso de compositores en Zacatecas le abrió los ojos a un futuro en la música. Sin embargo, la vida le tenía preparada una prueba de fuego. Un accidente dejó a su padre, ingeniero minero, en coma por año y medio. “Nos cambió la vida mucho, mi mamá y mi abuela nos tuvieron que sacar adelante y me metieron a estudiar Administración de Empresas… porque así teníamos trabajo seguro por cuestiones familiares”, recuerda Sofi, revelando la fuerza y resiliencia familiar que la marcó.
La música, heredada de su madre, soprano, siempre estuvo presente. A pesar de la infelicidad en su carrera de Administración de Empresas, Sofi ahorró durante un año para perseguir su sueño en la Ciudad de México. El camino no fue fácil. “Visité varias disqueras y todas me votaron, decían que mi disco no estaba bueno,” comparte, describiendo el desaliento que enfrentó en sus inicios.
Pero la determinación de Sofi era inquebrantable. Con apenas 19 años, su ingenio y valentía la llevaron a buscar al productor que la había rechazado, hasta lograr una audición improvisada en Televisa. Su talento la llevó al CEA, donde grabó "Inmortal", antes de que la división musical cerrara. Su perseverancia continuó, llevando su música a Westwood, y luego a Universal, donde colaboró con Jay de la Cueva en su segundo disco.
Una pausa en su carrera como solista para formar la banda Gran Sur, junto a integrantes de Moderatto, marcó nueve años de su vida. Pero el año pasado, gracias al impulso de Manú Jalil, director musical de su banda, Sofi retomó su proyecto solista, dando vida a Normal, un disco nacido de experiencias personales vividas en Zacatecas, en medio de una compleja situación sentimental.
“Es la primera vez que hablo en un disco de algo tan personal… hice lo que en realidad me gusta,” afirma, describiendo un trabajo profundamente íntimo y satisfactorio. Un álbum que representa no solo un sueño cumplido, sino un testimonio de la fuerza que reside en la perseverancia y la pasión por la música.