Era un día de música, baile y comida, un momento para celebrar la rica historia y cultura de la isla. La atmósfera era festiva, pero la tragedia se cernió sobre la isla en un instante. Antes de las 4:30 p.m., una pasarela que conectaba el puerto deportivo con la costa se derrumbó repentinamente, precipitando a más de 20 personas al agua fría. El pánico se apoderó de la escena. El sonido de gritos y el chapoteo del agua llenaban el aire, mientras que las personas que se encontraban en la isla buscaban ayuda.
El Departamento de Recursos Naturales de Georgia (DNR) confirmó que, al menos, siete personas perdieron la vida en el trágico incidente. La Guardia Costera de los Estados Unidos, junto con agencias locales y estatales, se movilizó para brindar asistencia. Botes con sonar de barrido lateral y helicópteros se unieron a la búsqueda y rescate.
La pasarela, que solía ser utilizada por barcos de ferry públicos, el barco de investigación de la Universidad de Georgia y pequeñas embarcaciones, ha sido asegurada.
El DNR ha iniciado una investigación para determinar las causas del derrumbe y la gravedad de las lesiones de los sobrevivientes aún se desconoce.