En su conferencia anual, Vladimir Putin, presidente de Rusia, no escatimó en declaraciones que rápidamente se convirtieron en titulares globales. No solo se refirió al conflicto ucraniano, sino que también dejó entrever una disposición a dialogar con un rostro familiar en la política estadounidense: Donald Trump. “Estoy listo para reunirme con él en cualquier momento,” afirmó Putin, destacando la posibilidad de abordar temas estratégicos, incluyendo, por supuesto, la guerra en Ucrania.
Pero la declaración más impactante llegó con un giro inesperado hacia el pasado. “De haber retrocedido en el tiempo, habría pensado que una decisión así debería haberse tomado antes,” declaró, admitiendo que una preparación más exhaustiva para la invasión de Ucrania en febrero de 2022 habría sido más conveniente. Esta confesión, inusual en un líder mundial, contrasta con su retórica habitual de justificación del conflicto.
No se limitó a la autocrítica histórica. Putin también se mostró confiado en el avance de su ejército en Ucrania, asegurando que “nuestros hombres están luchando heroicamente” y que se están consiguiendo los objetivos militares planteados inicialmente. Añadió que se recuperarían las zonas perdidas en Kursk, aunque sin especificar plazos. En una curiosa propuesta, desafió a Occidente a una prueba de capacidades militares: “Que fijen un objetivo, por ejemplo, Kyiv… y lanzamos un ataque con el misil Oreshnik y vemos qué pasa,” propuso.
La conferencia, que duró aproximadamente cuatro horas y media, tocó otros temas relevantes. Putin se refirió al asesinato del teniente general Igor Kirillov, criticando la actuación de los servicios especiales rusos. “No acertaron con estos ataques… tenemos que mejorar este trabajo,” afirmó, en una inusual admisión de fallas. También abordó la situación económica de Rusia, reconociendo la inflación como “preocupante,” mientras minimizaba el impacto de las sanciones occidentales.
Finalmente, abordó la situación en Siria, negando que la situación represente una derrota para Rusia, asegurando que se han logrado los objetivos planteados. Mencionó su intención de reunirse próximamente con Bashar al-Assad, cuyo exilio en Rusia ha sido un tema de especulación internacional. Las declaraciones de Putin, en su conjunto, pintan un panorama complejo y lleno de matices, dejando a la comunidad internacional con más interrogantes que respuestas.