Reasignan a funcionario del ICE en medio de tensiones por deportaciones
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El foco se centra en Caleb Vitello, quien hasta hace poco se desempeñaba como director interino del ICE. Según un comunicado del Departamento de Seguridad Nacional, "Vitello ya no está en un rol administrativo, sino que está supervisando todas las operaciones de campo y policiales: encontrar, arrestar y deportar a migrantes ilegales". La portavoz Tricia McLaughlin se limitó a esta declaración, sin ofrecer explicaciones sobre los motivos de la reasignación ni quién lo reemplazará en su puesto anterior.
Este movimiento se produce en un contexto de creciente frustración dentro de la administración, especialmente en la Casa Blanca. Fuentes gubernamentales, bajo condición de anonimato, revelan que la decisión de reasignar a Vitello proviene del Departamento de Seguridad Nacional, no directamente del presidente Donald Trump. Esta decisión, a poco más de un mes de iniciado el nuevo gobierno, subraya la importancia que la administración le otorga a la inmigración y las deportaciones a gran escala.
La frustración se hace evidente en las declaraciones de Tom Homan, el "zar fronterizo" de la Casa Blanca. Homan expresó su insatisfacción con el ritmo de las deportaciones, señalando que "No estoy satisfecho. Tenemos que conseguir más". Sus declaraciones coinciden con la reasignación de otros dos altos funcionarios de inmigración y una serie de medidas, como la suspensión de liberaciones de detenidos sin la aprobación del liderazgo del ICE, lo cual sugiere una estrategia más enérgica.
La falta de transparencia en los datos oficiales complica el análisis de la situación. Si bien se registraron datos diarios de arrestos en la plataforma X durante una semana, la información pública posterior ha sido limitada, con la última actualización trimestral de datos que data de septiembre de 2024. Aun así, la comparación del promedio diario de arrestos (787) durante ese periodo con las cifras del gobierno anterior (311 durante 12 meses) evidencia un aumento notable.
Las dificultades logísticas son un factor crucial a considerar. El ICE cuenta con un número limitado de agentes, plazas de detención y aviones para realizar deportaciones masivas. El gobierno ha intentado paliar esta problemática recurriendo a aviones militares y agentes de otras agencias, pero las limitaciones persisten. Además, la prioridad oficial de deportar a migrantes con antecedentes penales o que representen una amenaza incrementa la complejidad y demanda más recursos.