Dinosaurio con dos garras: Descubrimiento en el desierto de Gobi

Un equipo de paleontólogos de la Academia de Ciencias de Mongolia, durante una excavación rutinaria, desenterró fragmentos de una columna vertebral, costillas, caderas y hombros. Lo que parecía un descubrimiento prometedor, se transformó en algo excepcional años después, con el hallazgo de dos manos completas pertenecientes al mismo esqueleto.
El protagonista de esta historia es el Duonychus tsogtbaatari, un dinosaurio de más de 90 millones de años, bautizado así en honor al paleontólogo mongol Khishigjav Tsogtbaatar, liderado por Yoshitsugu Kobayashi de la Universidad de Hokkaido. El nombre Duonychus, que significa "doble garra" en griego, hace alusión a una característica única: solo dos dedos en cada mano, a diferencia de sus parientes terópodos, que usualmente poseen tres.
Estos dinosaurios terópodos, un grupo que incluye tanto carnívoros icónicos como el T. rex, como herbívoros como los terizinosaurios, e incluso las aves, se caracterizan por sus patas traseras largas y fuertes, garras afiladas y una constitución que ha sido comparada con la de los perezosos. Imagina un perezoso gigante, de más de 4 metros de altura y más de cinco toneladas de peso, ¡una imagen sorprendente!
Las garras del Duonychus eran excepcionalmente grandes y curvadas, con vainas de queratina preservadas, similares a las uñas de gato no retráctiles. Según Stephan Lautenschlager, paleontólogo de la Universidad de Birmingham, "La queratina preservada muestra cuán curvadas podían ser estas garras. Eso proporcionaba una clara ventaja a un dinosaurio que rastrillaba ramas hacia sí mismo con dichas garras."
Pero, ¿a qué se debe esta reducción a dos dedos? Para el Dr. Kobayashi, "la pérdida del tercer dedo en Duonychus puede haber sido una casualidad evolutiva que no tuvo un costo particular". La flexibilidad en sus muñecas, algo nunca antes visto en un terizinosaurio, sugiere un estilo de vida distinto. Estas garras, además de facilitar la alimentación herbívora, podrían haber servido para la defensa.
Este descubrimiento no solo amplía nuestro conocimiento sobre la diversidad de los dinosaurios terópodos, sino que también nos invita a reconsiderar las adaptaciones evolutivas y la complejidad de la vida en el pasado remoto. La historia del Duonychus tsogtbaatari es un capítulo más en la fascinante saga de la vida en la Tierra, una saga que continúa escribiéndose con cada nuevo hallazgo.