Maduro reduce jornada laboral en Venezuela por crisis energética

Se trata de una medida drástica impuesta por el gobierno de Nicolás Maduro para afrontar la grave crisis energética que afecta al país. La decisión, anunciada recientemente, implica una reducción significativa en la jornada laboral de los empleados del sector público. Detalles como el monto de salario de los educadores, apenas 40 dólares mensuales (poco más de 800 pesos mexicanos), han salido a la luz, explicando parcialmente la situación. Esta precaria situación económica, se suma a la ya existente crisis energética.
Ahora, funcionarios públicos trabajarán solo tres días a la semana, con una jornada reducida de 4.5 horas diarias, de 8:00 a 12:30 horas, de lunes a viernes. Esto representa un cambio considerable, pasando de una semana laboral de 40 horas a tan solo 13.5 horas.
Es importante destacar que esta medida no se aplica al sector educativo, que ya operaba con un esquema de tres días a la semana. Sin embargo, la situación en este sector es crítica: se estima que un 70% de los educadores han renunciado o buscan empleo en el sector privado, debido a los bajos salarios. “Venezuela se encuentra 80 por ciento abajo de su capacidad para generar energía eléctrica”, señala Óscar Murillo, director de Provea, una ONG que monitorea la situación de derechos humanos en el país.
La crisis energética venezolana, según Murillo, es profunda. A pesar de las inversiones en nuevas plantas de energía, la corrupción parece estar obstaculizando el flujo de fondos y la eficiencia de estas iniciativas. Esta situación recuerda a la crisis energética de hace una década, así como a las dificultades experimentadas durante la pandemia de 2020, creando un panorama de incertidumbre para el futuro.
La medida de reducir la jornada laboral, si bien busca aliviar la presión sobre el sistema eléctrico, refleja la gravedad de la situación y las complejas dificultades que enfrenta Venezuela en la actualidad.