Sarampión en Estados Unidos: alerta por brote y predicciones catastróficas

Recientemente, un estudio de la Universidad de Stanford, liderado por los epidemiólogos Nathan Lo y Mathew Kiang, ha encendido las alarmas. Su investigación, detallada en Newsweek, utiliza modelos matemáticos para predecir un futuro preocupante si la tendencia actual de bajas tasas de vacunación infantil persiste.
El panorama en Texas ya es alarmante: más de 620 casos, 64 hospitalizaciones y dos muertes infantiles. Un dato que refleja el resurgimiento de una enfermedad que se creía erradicada. Este brote, junto con la investigación de Stanford, nos lleva a una realidad inesperada.
El trabajo de Lo y Kiang no se limita a proyecciones catastróficas. Analizaron enfermedades erradicadas gracias a campañas de vacunación masiva, cuantificando el riesgo de su regreso. “Con el sarampión, descubrimos que ya estamos al borde del desastre”, advirtió Kiang, enfatizando la gravedad de la situación.
Los modelos del estudio anticipan consecuencias devastadoras si no se revierte la tendencia. Si las tasas de vacunación se mantienen, el sarampión podría volverse endémico en 20 años, con un estimado de 851,300 casos en 25 años, 170,200 hospitalizaciones y 2,550 muertes.
Pero el escenario podría empeorar. Una reducción del 10% en la cobertura vacunal elevaría los casos a 11.1 millones en 25 años. Una reducción a la mitad representaría un desastre de salud pública, con millones de casos de sarampión, rubéola, poliomielitis y difteria, además de miles de muertes y complicaciones neurológicas.
El estudio se centró en cuatro enfermedades: sarampión, difteria, poliomielitis y rubéola. “Todas ellas pueden causar complicaciones graves, como parálisis permanente, defectos congénitos y muerte,” explica Lo, recalcando la importancia crítica de la vacunación.
Añade complejidad la alerta emitida por el Departamento de Salud de Nueva Jersey tras un concierto de Shakira en el MetLife Stadium. Se confirmó que una persona con sarampión asistió al evento, generando preocupación por un posible contagio masivo dada la asistencia masiva y la alta transmisibilidad del virus en espacios cerrados.
La situación es compleja, y sus implicaciones podrían extenderse más allá de las cifras. El resurgimiento de estas enfermedades, atribuido a la fatiga vacunal, desinformación y la percepción de menor riesgo, nos invita a reflexionar sobre la importancia de la prevención.
El número de casos en Estados Unidos este año es ya el más alto desde 1990, con al menos 935 casos confirmados y una preocupante tasa de hospitalización del 13%.