No se trata de un conflicto bélico, sino de algo más sutil: la percepción de trato desigual en la garita de San Ysidro en Tijuana.
A partir de septiembre, un nuevo impuesto de ingreso, el Derecho de Visitante sin Permiso para Realizar Actividades Remuneradas (DNR), comenzó a aplicarse. Aunque este decreto ya existía desde 2015, su reciente activación ha generado malestar entre los ciudadanos mexicoestadounidenses que cruzan la frontera con frecuencia.
"Me dijeron que en México, que también es mi país, yo no tenía derechos", relata Martha, una mujer mexicoestadounidense que tuvo una experiencia desagradable con agentes de la Guardia Nacional. Le exigieron su pasaporte físico, a pesar de que siempre ha podido presentar su documentación digital sin problemas.
"Con este tipo de malas experiencias, seguramente algunas de ellas ya no van a querer venir a Tijuana", comentó José Armando, otro ciudadano mexicoestadounidense que también ha sido afectado por el nuevo protocolo.
La incertidumbre sobre el nuevo impuesto se ha trasladado al sector turístico. "Esto ha generado una inconformidad principalmente en aquellas personas que han venido de forma repetitiva", explicó Karim Chalita, presidente del Comité de Turismo y Convenciones de Tijuana (Cotuco).
Las autoridades mexicanas han reconocido la polémica y aseguran estar trabajando en una solución. "Hemos estado en pláticas constantes con el nuevo director y ahora que entre en funciones nos sentaremos con él", afirmó Kurt Honold Morales, secretario de Economía e Innovación del estado de Baja California.
Las autoridades buscan aclarar que el DNR solo se cobra a personas extranjeras que permanecerán más de siete días en México. Sin embargo, la falta de información clara y la percepción de malos tratos por parte de algunos agentes, han generado un clima de tensión en la frontera.