El debate no fue menor. Mientras la bancada oficialista defendió la medida como "necesaria para optimizar el uso de los bienes nacionales", la oposición calificó los incrementos como "un golpe a la economía familiar en tiempos de inflación". La discusión se centró en dos áreas sensibles:
- Trámites migratorios: Las tarifas para visitantes sin permiso laboral y residentes temporales o permanentes se duplicarán, aunque con excepciones humanitarias.
- Patrimonio cultural: La entrada a museos y zonas arqueológicas tendrá un incremento significativo, según argumentó el INAH.
Detrás de los números fríos hay historias concretas. Un turista estadounidense que hoy paga $585 pesos por su Forma Migratoria Múltiple deberá desembolsar
hasta $1,170 pesos a partir de 2026. Las familias mexicanas que visitan Teotihuacán los domingos verán modificado el acceso gratuito que actualmente disfrutan.
El paquete incluye ajustes menos visibles pero igualmente contundentes:
- Aeronáutica: Nuevos cobros a cruceros y vuelos privados, excepto ambulancias aéreas.
- Telecomunicaciones: Aumento en el uso del espectro radioeléctrico para "ampliar cobertura".
- Sector financiero: Actualización de tarifas de vigilancia para bancos y casas de bolsa.
Los legisladores aprobaron también mecanismos de flexibilidad. Quienes migren por reunificación familiar o ofertas laborales certificadas podrán acceder a
descuentos del 50%. El gobierno argumenta que los nuevos ingresos permitirán
"modernizar infraestructura cultural" y
"fortalecer los sistemas migratorios", aunque reconocen que el impacto en el turismo aún está por verse.
Mientras las redes sociales arden con memes sobre "museos para ricos", los equipos técnicos trabajan ya en los manuales operativos que detallarán cómo aplicarán los incrementos. Un funcionario de Hacienda, bajo condición de anonimato, adelantó que "los ajustes serán progresivos", aunque no precisó plazos.
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