La fe los mueve ni el clima detiene a caminantes

Nogales

Motivados por la fe o la tradición, decenas de caminantes iniciaron la travesía desde la capilla de San Ramón en esta frontera a la iglesia de San Francisco en Magdalena, donde a pesar de la lluvia que imperó durante la tarde de ayer, no fue pretexto para cumplir con su manda.

Señoras de la tercera edad, jóvenes, niños, adultos o familias completas desfilaron por las orillas de la carretera que conduce de Nogales a Magdalena, para cumplir por primera vez con la manda que se impusieron o hacerlo por 40 años consecutivos, como parte de toda una tradición personal o familiar.
El día era perfecto para los caminantes, templado, un nublado que permitía que el agotamiento fuera menos, ya que uno de sus peores enemigos son el sol y el propio calor, en esta ocasión fue la lluvia, pero muchos iban preparados con sus impermeables, mientras que otros improvisaron con bolsas negras, situación que no descendió su ánimo.
Muchos de los caminantes iban solos, otros en pareja y muchos más, sobre todo los jóvenes en “bola” con el fin de hacer más ameno este trayecto que puede llevar de 18 hasta más de 24 horas, según la condición y ritmo de cada uno.
A las orillas de la carretera se puede observar los diferentes campamentos que la gente establece en apoyo a los caminantes, que muchas de las veces también representa un tipo de manda, así como de los diferentes cuerpos de emergencia de Nogales para brindar atención médica, agua y comida a quien así lo solicite.
Este fin de semana y el próximo son los de mayor concurrencia de caminantes, muchos provenientes de la propia Magdalena, otros de Nogales y una importante cantidad de diferentes ciudades de Arizona y California, devotos de San Francisco.
Luis Carranza, 36 años caminando de Nogales a Magdalena. “Es una devoción que tengo hacia San Francisco, camino desde hace 36 años, antes era más difícil porque solo había dos carriles en la carretera, ahora nos dicen que vamos a tener que caminar sobre la carretera en Imuris porque no hay paso por el río, cuando era chamaco era una manda, ahora solo le pido salud y llegar a Magdalena porque de allá soy”.
Javier Armendáriz, originario de Magdalena y camina de Nogales a su ciudad. “Tengo 28 años caminando y venimos preparados con impermeables para la lluvia, vamos a seguirle hasta terminar, si la vamos hacer, el nubladito nos beneficia pero el agua no, ya nos ha tocado en otros años con lluvia y hemos llegado, lo mínimo de horas que he hecho son 23 y máximo 35 horas”.
Guadalupe Vega. “Nada más vengo a caminar como tradición, no tengo manda y está bien así la lluviecita porque menos calor, mañana espero llegar como a medio día”.

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