Pero hay una historia que trasciende el mero interés periodístico y toca fibras más íntimas.
Recientemente, Stephanie Salas, hija de Sylvia Pasquel y nieta de la icónica Silvia Pinal, ofreció declaraciones sobre un encuentro familiar en la casa de la diva del cine de oro mexicano. Junto a sus tíos, Luis Enrique y Alejandra Guzmán, se reunieron para, según trascendió, inventariar las pertenencias de su abuela. Pero, ¿qué hay detrás de este encuentro? ¿Una simple repartición de bienes o algo más profundo?
Stephanie, lejos de confirmar disputas, aseguró: “Bueno, la verdad hemos tenido reuniones familiares desde el año pasado, hemos estado muy unidos en esas cuestiones, no me gustaría profundizar en los temas porque pues si son internos, son temas de todo tipo, que hay que ver cómo familia, que eso pasa en todas las familias, y nada, bueno, hoy fue uno de esos días en que nos juntamos, el primero del año, y más unidos que nunca, que creo que eso es lo importante.” Sus palabras pintan un cuadro de unidad familiar, un intento de preservar la herencia no solo material, sino también emocional.
Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de quedarse con alguna prenda de su abuela, su respuesta fue reveladora: “Mira, yo te hablaría del legado, ¿no?, de trayectoria de mi abuela, para mí eso es lo más importante, que en verdad se fomente tener en el lugar, muy arriba, el nombre de mi abuela, muy en alto lo que ella fue, lo que ella representó, creo que esa es la tarea a seguir”. Un mensaje claro: el verdadero tesoro no reside en objetos materiales, sino en perpetuar el legado y la memoria de una figura trascendental.
Finalmente, evitando hablar sobre sus planes con Humberto Zurita, Stephanie concluyó la entrevista con una simple pero significativa frase: “¡Ay!... Estoy muy bien, muy contenta, muy estable, yo creo que eso es lo importante, muy estable, enamorada, y bueno, ya me voy”. Un final que deja entrever una tranquilidad personal que contrasta con el revuelo mediático generado por el encuentro familiar.