Aumentan enfermedades mentales entre migrantes en Chiapas

Pero detrás de la imagen cotidiana, se esconde una crisis silenciosa, una sombra que se cierne sobre la población migrante: el aumento alarmante de enfermedades mentales. Organizaciones como la Fundación Chiapaneca de Mujeres Migrantes (Chimumi) reportan un incremento de hasta un 50% en casos de trastorno de ansiedad, angustia, estrés postraumático e incluso esquizofrenia. Fabiola Díaz Rovelo, directora de Chimumi, detalla que en las últimas semanas han atendido aproximadamente a 100 mujeres con cuadros depresivos de moderados a graves. “Es crítica la situación,” afirma Díaz Rovelo, “con riesgos de muerte accidental por inanición o problemas cardíacos debido a la falta de alimentación e hidratación adecuada.”
Esta situación afecta principalmente a migrantes hondureños, salvadoreños y mujeres haitianas, muchas de las cuales son abandonadas a su suerte por sus propios consulados. La falta de infraestructura para atender estos padecimientos en Tapachula agrava el problema. La escasez de hospitales y clínicas especializadas deja a estas personas en una situación de vulnerabilidad extrema.
El panorama se torna aún más preocupante si consideramos los datos de Médicos Sin Fronteras (MSF). A mediados de este mes, MSF México reportó un aumento de más del 36% en pacientes migrantes con problemas de salud mental que sufrieron violencia extrema en el primer trimestre de 2025, comparado con el último trimestre de 2024. MSF atribuye este incremento a la violencia perpetrada a lo largo de la ruta migratoria y al impacto de las políticas migratorias restrictivas de Estados Unidos.
Nayeli Sedeño, una migrante venezolana que viaja con tres niños, comparte su testimonio: “Vivimos con angustia y miedo, buscando el sustento diario en las calles, sin sentirnos seguras.” Su relato refleja la realidad de muchos migrantes que se enfrentan a la discriminación y la falta de oportunidades laborales. Isabel Méndez Hernández, de la Organización de Mujeres en Movimiento por la Liberación Nacional, añade: “Desde que la persona decide dejarlo todo, empiezan los traumas. Han habido muchas muertes, violaciones y asaltos. El sueño americano se ha convertido en una pesadilla para muchos.”
El endurecimiento de las políticas migratorias estadounidenses, especialmente desde la llegada de Trump a la presidencia, es un factor determinante. Según informes de The Washington Post, la administración Trump pretende deportar a más de un millón de personas este año, más del doble del récord de 400 mil deportaciones en 2011 bajo la administración Obama. Este contexto de incertidumbre y hostilidad contribuye a la creciente crisis de salud mental entre la población migrante en la frontera sur de México.