En este contexto, el recuerdo de Verónica Toussaint, a ocho meses de su partida, sigue resonando entre sus colegas. Una de ellas, Andrea Torre, la actriz que encarnó a "La Nena" en Una Familia de Diez, comparte un testimonio conmovedor sobre su experiencia personal y el invaluable apoyo recibido de Toussaint.
Andrea, diagnosticada con cáncer de mama, un diagnóstico que mantuvo en privado, confiesa que en medio de la incertidumbre y el miedo, buscó guía en alguien que había transitado ese mismo camino doloroso: Verónica. "Cuando me detectan esto, dije: 'le voy a hablar a Vero', necesito hablar con alguien que ha pasado por esto," reveló Andrea en el programa Sale el Sol, con la voz entrecortada por la emoción.
La relación entre ambas actrices trascendió la amistad profesional. Verónica, lejos de limitarse a ofrecer palabras de aliento, se convirtió en una mentora, una guía práctica en el laberinto de tratamientos médicos y sus efectos secundarios. "Ella me dijo muchas cosas: 've a hacer microblading' porque se te caen las cejas, no todo el pelo. Me dijo que cuidara mi alimentación, que fuera al dentista," recuerda Andrea, describiendo la minuciosa atención que Verónica le brindaba.
Verónica, con su sabiduría adquirida a través de su propia lucha contra la enfermedad, compartió una estrategia para sobrellevar las quimioterapias: el "Costal de Amor". Se trataba de una colección de regalos, pequeños tesoros de cariño obsequiados por familiares y amigos, que le proporcionaban consuelo y fuerza. Andrea adoptó esta técnica, recibiendo de Verónica, como un gesto significativo, un rosario: "Vero me dio un rosario y me dijo 'esto me ayudó en todas mis quimioterapias'."
La dedicación de Verónica fue constante. A pesar de su propia batalla, siempre estuvo presente para Andrea, ofreciendo apoyo emocional y consejos prácticos. Este apoyo incondicional se convirtió en una fuente inagotable de inspiración para Andrea, quien concluye su relato con el deseo de poder retribuir la generosidad y la fortaleza que Verónica le brindó.
El legado de Verónica Toussaint trasciende su brillante trayectoria actoral; se extiende a la generosidad y empatía que demostró en los momentos más difíciles de la vida, dejando una huella imborrable en quienes tuvieron el privilegio de conocerla.