Hay historias que se repiten, patrones que se revelan, y sombras que se proyectan sobre carreras que parecían intocables.
El nombre de Neil Gaiman, aclamado autor de obras maestras como The Sandman y American Gods, ahora se encuentra en el ojo del huracán. Una investigación periodística a fondo realizada por Vulture ha destapado cuatro nuevas acusaciones de abuso sexual, sumándose a otras cinco denuncias previas, elevando el total a nueve.
Las acusaciones provienen de mujeres de diversas edades, algunas admiradoras del autor, otras colaboradoras. La presunta víctima más joven tenía 18 años en el momento de los hechos; la mayoría de las denunciantes se encontraban en sus veintes y treintas, mientras que Gaiman tenía entre 40 y 50 años. Sin embargo, una de las denuncias se remonta a 1986, cuando el escritor era más joven.
Uno de los testimonios más desgarradores proviene de Scarlett Pavlovich, quien relata que fue violada por Gaiman en su casa de Waiheke, Nueva Zelanda. Pavlovich, invitada por la ex esposa del autor para cuidar a sus hijos, se encontraba sola con Gaiman cuando ocurrieron los hechos. Según su testimonio, Gaiman la presionó a tener relaciones sexuales a pesar de su resistencia reiterada, incluso después de que ella expresara su incomodidad e intento de detenerlo.
Otro relato impactante es el de Katherine Kendall, quien conoció a Gaiman en 2012. Kendall describe cómo, después de un evento, Gaiman la sometió a un acto sexual no consentido en el autobús de su gira, y le ofreció posteriormente una gran cantidad de dinero para cubrir su terapia.
También se incluye el testimonio de Kendra Stout, quien relata una relación con Gaiman en 2003, donde describe abuso físico durante las relaciones sexuales. Finalmente, Brenda, otra de las denunciantes, cuenta cómo Gaiman abusó de ella tras una ceremonia de premiación, manipulando su confianza para someterla.
Estas acusaciones, presentadas con detalles y respaldadas por testimonios, pintan un panorama complejo y preocupante. La investigación de Vulture revela una serie de presuntos abusos, cada uno con sus particularidades, pero todos con un hilo conductor: la explotación de poder y la vulneración de la voluntad de las mujeres involucradas.
El impacto de estas denuncias en la carrera y el legado de Neil Gaiman es innegable, dejando una marca profunda en la industria y en la percepción pública de una figura tan influyente.