Holanda, un espejismo el ‘paraíso gay’

AMSTERDAM, HOL.
Inmigrantes que buscaban una vida tranquila, se han topado con acosos y vejaciones.
El sirio Omar, un homosexual de 20 años, solicitó asilo en Holanda tras haber visto imágenes de su famoso desfile del Orgullo Gay, pero una vez llegó al país, sus sueños casi se desmoronan ante el acoso de sus compañeros de infortunio.
Aunque Holanda fue el primer país del mundo en legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, en 2001, en sus centros para solicitantes de asilo, la aceptación de la diversidad sexual no es la norma, denuncian las ONG de defensa de los derechos de los homosexuales.
“Llegar a Holanda, el país de la libertad de expresión, y verse acosado por ser gay, es una locura”, lamenta Omar. “Me sorprendió que estas personas, tras pasar por todo lo pasaron, fueran capaces de acosarme por ello”, dice sorprendido este sirio, que llegó a Grecia en barco antes de pisar suelo holandés gracias a un falso pasaporte español.
Este joven esbelto de cabellos impecablemente peinados decidió viajar a Holanda tras informarse por internet. “Leí artículos que decían que Holanda era muy tolerante con los homosexuales y que Ámsterdam era la capital de la comunidad LGBT”.
Pero la situación es diferente en los campamentos de solicitantes de asilo, lamenta Omar, que huyó de la guerra y la intolerancia. “Me amenazaban de muerte, me decían que era la vergüenza de los refugiados, me empujaban para adelantarme en las colas”, describe este oriundo de Damasco, nacido en el seno de una familia pudiente.
Gracias a sus auriculares para escuchar música y saliendo lo menos posible de su habitación, evitaba la compañía de otros demandantes de asilo. “Tuve la suerte de no sufrir agresiones físicas”, confiesa el joven, que finalmente encontró refugio en casa de Lianda, una holandesa lesbiana de 25 años.