Béisbol Mexicano: Auge sin precedentes tras Clásico Mundial

Una historia que comienza a tejerse en los estadios, pero que se extiende mucho más allá del diamante.
Robinson Canó, leyenda de las Grandes Ligas con 17 temporadas a sus espaldas, ha encontrado en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB), específicamente con los Diablos Rojos, una experiencia única. Su reciente acuerdo para una segunda temporada con el equipo es un claro indicador de este fenómeno. "Esta es una ciudad especial, donde la afición viene a cada partido sea de día o de noche", declaró Canó a la AP, resaltando la pasión de los aficionados mexicanos.
Pero la historia no se centra solo en Canó. La LMB se prepara para celebrar su centenario el jueves, y lo hace en medio de un auge sin precedentes. Este crecimiento explosivo, que incluso supera a algunos equipos de la Liga MX en asistencia, tiene su origen en un evento inesperado: el Clásico Mundial de Béisbol 2023. La destacada participación de México en el torneo, tras la decepción futbolística en el Mundial de Qatar 2022, desató una ola de nuevos aficionados, muchos de ellos provenientes del futbol.
El Estadio Alfredo Harp Helú en la Ciudad de México, con su capacidad para 20,000 espectadores y su atmósfera vibrante, se ha convertido en un ejemplo de esta "experiencia de béisbol" que describe Horacio de la Vega, presidente de la LMB: "Nuestro crecimiento tiene que ver con el hecho de que no estamos vendiendo sólo béisbol, sino una experiencia completa".
Las cifras hablan por sí solas. Los Diablos Rojos lideraron la asistencia promedio de la liga en la temporada pasada con 11,694 espectadores, superando a equipos como los Toros de Tijuana (11,354) y los Sultanes de Monterrey (9,092). Es más, equipos de fútbol como Pachuca, Santos Torreón, Mazatlán y Ciudad Juárez registran cifras de asistencia menores a pesar de jugar en estadios con mayor capacidad. La diferencia se encuentra en la experiencia misma.
Mientras que muchos estadios de la Liga MX carecen de las comodidades básicas para los aficionados (como ascensores, escaleras mecánicas o patios de comida), la LMB está invirtiendo en mejorar la experiencia. De la Vega destaca la colaboración entre los dueños de los equipos: "Tenemos un gran grupo de dueños... fuera del campo, trabajan como aliados y comparten todo tipo de cosas, desde cómo limpiar los baños hasta cómo tener mejores patios de comidas e incluso cómo vender cerveza".
El cambio también se refleja en la demografía de los aficionados. Othón Díaz, presidente de los Diablos Rojos, indica un cambio notable en la edad de los asistentes: de un 53% de aficionados mayores de 55 años hace nueve años, a un 74% menor de 45 años en la actualidad. La asistencia promedio por partido pasó de 3,000 a más de 11,000. La LMB espera alcanzar la cifra récord de 5 millones de aficionados en la presente temporada. Un futuro brillante, sin duda, para el béisbol mexicano.