Muere Donald Hazelwood, leyenda de la Sydney Symphony Orchestra

Un legado silencioso, tejido con décadas de notas perfectas y una dedicación inquebrantable a la música.
Hablamos de Donald Leslie Grant Hazelwood AO OBE, quien falleció el sábado 8 de marzo de 2025 a la edad de 95 años. Su nombre, sinónimo de excelencia en la música australiana, resonó por décadas en las salas de concierto de todo el mundo, especialmente gracias a sus 33 años como concertino de la Sydney Symphony Orchestra (SSO).
La SSO, en un sentido y emotivo comunicado en redes sociales, lo describió como "un maravilloso músico, colega y amigo". Su trayectoria, iniciada en 1952 con la misma orquesta, es un ejemplo de perseverancia y maestría. Fue co-concertino junto a Robert Miller desde 1965, asumiendo la posición de concertino único tras la jubilación de Miller en 1967. Hasta 1987 ocupó el cargo en solitario, compartiéndolo posteriormente con Dene Olding hasta su propia jubilación en 1997.
Más allá de su virtuosismo con el violín, Hazelwood dejó una huella imborrable. Su nombre, inspirado en la leyenda del cricket Don Bradman, se convirtió en sinónimo de liderazgo y diplomacia. La SSO destaca en su tributo que Don "guió a la orquesta a través de triunfos (incluida la inauguración de la Ópera de Sídney en 1973 y numerosas giras internacionales) y dificultades, especialmente la muerte del director principal Stuart Challender en 1991".
Su impacto trasciende el escenario. Además de su trabajo con la SSO, Hazelwood colaboró con The Austral Quartet, Australian Trio y el Hazelwood Trio. Su pasión por la educación musical lo llevó a trabajar como tutor en campamentos nacionales de música de la SSO junto a su esposa, Anne. Por 23 años presidió el Sydney Symphony Benevolent Fund, organizando anualmente conciertos benéficos para la recaudación de fondos.
Sus contribuciones le valieron reconocimientos como la Orden del Imperio Británico (OBE) en 1976 y la Orden de Australia (AO) en 1988. Su legado, sin embargo, va más allá de las condecoraciones. Es el eco de un violín magistral, la memoria de un hombre que dedicó su vida a la música y a la formación de nuevas generaciones de músicos. Una historia que merece ser escuchada, no solo por los amantes de la música clásica, sino por todos aquellos que admiran la dedicación, el talento y la perseverancia.
La SSO extiende sus condolencias a la familia Hazelwood, particularmente a su esposa Jane, quien fuera también violista de la orquesta.