El miembro del Salón de la Fama, conocido por su inigualable defensa y su contagiosa sonrisa, falleció a los 58 años tras una batalla contra un tumor cerebral.
La noticia, confirmada por la NBA, conmocionó a la comunidad del deporte. Mutombo, nacido en Congo, dejó huella en 18 temporadas en la liga, jugando para equipos como Denver, Atlanta y Filadelfia. Su legado no se limita a su impresionante altura de 2.18 metros o a sus cuatro premios al Mejor Jugador Defensivo. Mutombo era sinónimo de "No!", un gesto que se convirtió en una marca registrada, con el que rechazaba los tiros de sus rivales.
"Dikembe Mutombo era simplemente más grande que la vida misma", expresó el comisionado de la NBA Adam Silver. "En la cancha, fue uno de los mejores bloqueadores de tiros y jugadores defensivos en la historia de la NBA. Fuera de la cancha, entregaba su corazón y alma a ayudar a los demás".Su impacto traspasó las fronteras del deporte. Mutombo se convirtió en un embajador global del baloncesto, llevando su mensaje de esperanza y solidaridad a todo el mundo. Su trabajo filantrópico, enfocado en la salud y la educación en África, le valió el reconocimiento y admiración de millones.
Joel Embiid, la estrella de los 76ers de Filadelfia, quien también nació en Camerún, encontró en Mutombo una inspiración. "Es un día triste, especialmente para nosotros los africanos, todo el mundo", dijo Embiid. "Aparte de lo que logró en la cancha, creo que era mucho mejor fuera de la cancha. Es uno de los que admiraba por su impacto dentro y fuera de la cancha. Realizó tantas grandes obras. Muchas grandes obras para tanta gente. Fue un modelo para mí. Es un día triste".
Mutombo deja un vacío en el baloncesto, pero su legado permanecerá para siempre. Su impacto en la cancha, su generosidad y su incansable lucha por mejorar el mundo serán recordados por generaciones futuras.