Tamales, rica tradición

NogalesMilagros Félix y Jorge Gutiérrez, junto a su familia, desde hace cinco años elaboran este platillo, desde los clásicos de elote, hasta de venado y en hoja de plátano, 100% caseros.
Si fuiste de los afortunados en sacar al Niño Dios, “muñequito” o “monito” en la Rosca de Reyes en enero pasado, hoy es momento de poner los tamales y celebrar el tradicional Día de la Candelaria, una rica tradición mexicana.
Hay tamales de todos los sabores e ingredientes, los más tradicionales son los de carne de res y puerco, también los hay de elote, ya sean dulces o de rajas de chile y queso, un platillo que hoy se disfruta en muchos hogares y hasta en centros de trabajo y oficinas.
Es también este día y esta semana de mucho trabajo para aquellas personas que se dedican a la elaboración y venta de tamales, tal es el caso del matrimonio conformado por la señora Milagros Félix y Jorge Gutiérrez, quienes ofrecen este tradicional platillo mexicano durante todo el año.
“Aumenta bastante, la tradición lo demanda y la gente que saca el ‘monito’, tiene ahora sí que la obligación y el derecho de pagar los tamales, ya sea de carne, elote o dulce, depende del gusto de las personas, de cada cual y sí aumenta ahora para el Día de la Candelaria”, explicó Jorge, mientras “pelaba” o deshojaba algunos elotes.
Durante todo el año hay trabajo, dijo, sin embargo, en estas fechas existe más demanda en comparación a otras épocas del año, al igual en diciembre, cuando sube hasta un elevado 80 por ciento la producción y elaboración de tamales, ‘es bastante trabajo, gracias a Dios’.
Calculó que entre jueves y sábado de esta semana tiene estimada la entrega de hasta 150 docenas de tamales, ya que muchas personas prefieren celebrar la comida o cena de tamales por el Día de la Candelaria hasta el fin de semana.
Jorge aseguró que en Nogales, por su condición de frontera, radican personas originarias de varios estados de la Republica Mexicana, por ello hay que “acoplarse” y adaptarse a la exigencia de los clientes, muchos originarios del sur del paí, en donde se elaboran tamales de diferentes ingredientes y sabores.
Las variantes en los pedidos
Bajola marca “Tamales Mily”, Milagros Félix y Jorge ofrecen una gran variedad de tamales.
“Los tratamos de hacer cien por ciento casero, el sabor, la cantidad y el sazón, que sea casero, nada industrial, que sea un sabor de hogar, de familia, de la casa, para que no se pierda esa tradición, de probar un tamal con sabor de la región, esa es la diferencia”, dice.
Ellos tienen su negocio familiar sobre la calle Jaspe, en la colonia Los Tápiros; una microempresa que nació hace poco más de cinco años y en donde participa toda la familia.
“Aquí en la región de Sonora y Sinaloa la tradición es el tamal de elote, con chile verde y queso, los de allá del estado vecino procuran mucho el tamal de dulce. Los de carne son variados, unos con pasas, los piden sin verdura y con pura carne, nos adaptamos a las costumbres y tradiciones de cada región”, añade.
Gutiérrez señala que no han batallado para elaborar tamales diferentes, pues se van adaptando conforme los solicita el cliente, y cita como ejemplo los tamales que piden las personas del sur del país, que son envueltos en hojas de plátano.
También comenta que hoy en día es común la elaboración de tamales con carne de venado, gracias a la temporada de cacería legalizada que hay actualmente en la región norte del país y que ha permitido a cazadores acumular carne de venado.
“Es común en la región norte, en Sonora y Sinaloa lo piden mucho, en esta temporada que es de caza, hay producción de carne de venado, nos piden mucho los clientes, nos piden que le hagamos con la carne que ellos tienen, tamales de venado”, asegura.
Explico que la diferencia entre la carne de venado en comparación a la de res o puerco, es el aroma y el sabor, más fuerte por la comida silvestre que consumen los venados, es más “blandita” la carne y más deliciosa por ende que la de res.
“El proceso de cocción es más tardado, obviamente, pero el sabor es riquísimo, es más fuertecito, pero sí lo recomendamos, el valor del tamal varía de acuerdo a la proporción, depende también de cómo la gente los quiera”, añadió.
El proceso de elaboración
Todo empieza con la “jimada” de los elotes, es decir, el desgrane de las piezas, se aprovecha la venta de elotes provenientes desde el norte de Sinaloa, se “pela” cada elote y después con un cuchillo, se le desprenden los granos.
Una vez acumulados, en un molino impulsado por un motor eléctrico, se vierte el recipiente de granos de elote para que sean molidos y la pulpa pueda usarse para la elaboración de los tamales.
“Por ejemplo para estas fechas, donde hay mucho pedido, para hacer unas 50 docenas de tamales, nos llevamos unas 35 docenas de elotes, para poder hacer esa cantidad. A veces batallamos para conseguir los elotes, escasean por cuestiones de transportación o se tardan debido a la quema de siembras con el frío, pero si es un producto básico para la elaboración”, explica.
Una vez que el grano de elote está completamente molido, se lleva a la mesa para la mezcla de otros ingredientes, como la sal, manteca o azúcar, depende del sabor que se quiera hacer, por ejemplo, con elote se hacen los tamales de chile verde con queso, que son saladitos, de dulce con queso Filadelfia, de acelgas con queso fresco, que son los tres tipos de tamales, los principales que ofrecen a sus clientes.
Se prepara la manteca de acuerdo a la cantidad de docenas que se van a cocinar, se calcula para que no haga falta y debido a que se elaboran diferentes, salados o de dulce, se tateman chiles, se preparan los quesos, se baten las masas y se maneja el sabor en la mesa.
“Con esta misma masa, con lo mismo que se muele, yo nada más la divido, se calcula cuánto utilizaré para unos y otros, se bate por separado, dulces o salados”, explica la señora Milagros.
El proceso, desde el pelado de los elotes hasta el cocimiento de los elotes, puede ocupar varias horas, tradicionalmente empieza a las 9:00 horas y concluye ya por la tarde, es un proceso que se facilita gracias al molino eléctrico y al apoyo de la familia.
La pareja lleva alrededor de cinco años de vender tamales, aprovechan el mismo espacio de su domicilio para ahorrarse en gastos de renta de locales o comercios, desde ahí “levantan” pedidos vía telefónica o por redes sociales, mismas que han sido un gran aliado para la difusión de la microempresa, ya que la mayoría de los clientes piden docenas de tamales por Facebook o WhatsApp.
Pedidos a WhatsApp 631 1392792