Patrick Mahomes y los Jefes de Kansas City dejaron en claro el jueves pasado que son inmunes a la resaca del título y que, quizá, son más peligrosos que antes. La búsqueda del primer tricampeonato en la era del Super Bowl está en marcha.
Las evidencias recaen en las 27 unidades y 353 yardas ante unos Cuervos que presumieron la mejor defensiva en materia de puntos admitidos la campaña anterior. La fórmula fue la misma, un potente ataque aéreo de la mano de Mahomes y un arsenal a su disposición.
El estelar tight end Travis Kelce parece haber perdido protagonismo, pero eso no significa que la ofensiva de Kansas City sea menos peligrosa. La dupla de jóvenes receptores Rashee Rice y el explosivo novato Xavier Worthy demostraron ser dos blancos confiables para Mahomes. El ataque terrestre, con Isiah Pacheco al frente, ofrece un buen equilibrio.
Es precisamente la ofensiva terrestre de los Jefes el punto focal para los Bengalíes (0-1), que vienen de ser sorprendidos por unos Patriotas que acumularon 170 yardas por tierra en camino a dominar el tiempo de posesión por casi 10 minutos más que Cincinnati.
Con el balón en las manos, el quarterback Joe Burrow y los Bengalíes tampoco sacaron mucho provecho. Regalaron dos balones sueltos —igualando el total de la campaña anterior— y la ofensiva aérea acusó la ausencia del estelar Ja’Marr Chase del campo de entrenamiento por una disputa contractual y del también receptor abierto Tee Higgins por una lesión.
A pesar de todos los problemas ofensivos que atravesaron en su presentación, hay una luz al final del túnel para los Bengalíes. Enfrentan a una defensiva que concedió 450 yardas, incluidas 185 por la vía terrestre. Pero el entrenador en jefe Zac Taylor deberá hacer modificaciones si quiere explotar la debilidad de Kansas City, luego de entregarles el balón a sus corredores apenas 12 veces en la primera semana.
Potros visita a Empacadores
A los Empacadores de Green Bay les tocaron algunos de los peores naipes en el mazo para el inicio de la temporada de 2024. Debieron viajar hasta Sao Paulo para el primer encuentro de la NFL en territorio sudamericano en la historia sólo para salir con una dolorosa derrota a cuestas ante las Águilas.
Y perdieron al quarterback Jordan Love en los segundos finales por una lesión de rodilla. Ahora están en riesgo de jugar sin el cuarto pasador mejor pagado de la liga, al menos durante su primer encuentro y posiblemente durante tres a seis semanas.
Ello dejaría la responsabilidad de guiar a la ofensiva al inexperto e inconsistente Malik Willis.
Ahora con Willis —0 touchdowns y 3 intercepciones en su carrera—-, Green Bay recibe a unos Potros de Indianapolis que dejaron buenas sensaciones incluso en la derrota de la primera semana ante Houston.
El quarterback de los Potros Anthony Richardson reapareció después de una lesión que redujo su temporada de novato a tan sólo cuatro inicios para lanzar dos pases de touchdown y completar envíos de 60, 57 y 54 yardas.
A pesar de la explosión ofensiva, Richardson tiene trabajo por delante en materia de consistencia —apenas nueve pases completos de 19 intentos. Enfrentar a una defensiva de los Empacadores que concedió 34 puntos en la primera semana podría ofrecerles varias oportunidades.
Para Green Bay, la mejor opción es depender en un juego terrestre que ganó 163 yardas y mejoró paulatinamente en el duelo ante las Águilas de la mano de Josh Jacobs y Emanuel Wilson, para quitarle tanta responsabilidad como sea posible a Willis. Ante la peor defensiva contra la carrera de la incipiente campaña, eso es tentador e inteligente.