Obtiene México tres códices de cuatro siglos de antigüedad

México

El gobierno ha recuperado tres códices de cuatro siglos de antigüedad que documentan pasajes importantes de la historia de México, desde la fundación de Tenochtitlán hasta el virreinato, de manos de una familia que los había apreciado durante generaciones.

El hallazgo de los códices de San Andrés Tetepilco, que lleva el nombre de su ciudad natal, es una noticia "sin precedentes", afirmó Baltazar Brito, director de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, que planea incorporarlo a su colección.

Se trata de un resumen basado en documentos tradicionales indígenas, que "permanecen ocultos al público hasta el día de hoy", enfatizó el historiador al presentar fotografías y videos de los documentos a la prensa.

Estos grabados cuya autenticidad ha sido comprobada fueron creados por "Tlacuilos" a finales del siglo XVI y principios del XVII. El término "Tlacuilos" es utilizado para referirse a pintores e ilustradores que se desempeñaron como escribanos en el México prehispánico y estuvieron activos durante el período colonial, añadió Brito.

¿Cómo es el códice recuperado?

Dos de los códices tratan sobre la fundación de la ciudad original de Tetepilco y un inventario de los bienes de la iglesia local, y los expertos dicen que el tercero es "el más espectacular" por su tamaño y contenido.

``Aquí la historia se expresa en pictografías de gran colorido y cuentan la historia de Tenochtitlán (antigua Ciudad de México) a través de cuatro temas principales'', explica Brito sobre la pieza llamada “La tira de Tetepilco”.

Estos temas son el establecimiento de la capital azteca en el siglo XIV y los registros de los tlatoque y/o señores que gobernaron allí; la llegada de los conquistadores en 1519 y finalmente del virrey Juan de Mendoza y Luna en 1603 marcó el comienzo del Virreinato, último acontecimiento registrado en pictogramas.

Esta tira se caracteriza por sus colores predominantes amarillo, rojo, negro y azul, y por el "dominio técnico" del tlacuilo, quien muestra un gran dominio de la pintura prehispánica y europea al representar cada figura. comentó María Castañeda, académica de la Universidad Nacional Autónoma de México.

"Es como si Rembrandt, Murillo o Velázquez hubieran aparecido en la Europa actual; es lo mismo, es impresionante", añadió la investigadora, que había visto fotografías de los códices hace 15 años, pues los propietarios querían comprobar si eran reales.

"Me conmueve recordar este momento", dijo emocionada Castañeda.

La familia que conservaba las piezas y que pidió que se mantuviera en confidencial su identidad, recibió un pago de 9,5 millones de pesos por parte del patronato del Instituto Nacional de Antropología e Historia, dijo Altagracia Gómez Sierra, presidenta del instituto.