“El problema en la falta de cultura vial no está en los niños, si no en los adultos que son los que se niegan a dejar de usar el teléfono celular mientras conducen, omiten las recomendaciones y manejan bajo los influjos del alcohol”, mencionó el responsable de la unidad de Educación Vial de Seguridad Pública de Nogales, Jorge David Riquina Gudiño.
“La seguridad es de todos”, dijo Riquina Gudiño, al referirse al trabajo que se debe de dar en todas la directrices, que involucran a los tres niveles de gobierno en materia de protección ciudadana.
“Desafortunadamente todavía falta mucha cultura en esta sociedad, y no solo en una ciudad como Nogales, es algo que se vive a nivel estado, a nivel nacional, por ello, los altos índices de accidentes de tránsito, que se quedan registrados cada año.
El encargado dijo también que se han vivido hechos lamentables con niños, pero desgraciadamente el problema existe con los adultos, ya que son ellos los que todavía no quieren seguir una cultura vial.
“Se niegan a dejar de usar el teléfono celular al momento de ir manejando, omiten las recomendaciones del uso de los cinturón, y las sillas especiales para sus hijos, no respetan las velocidades, hacen caso omiso de prevenir accidentes, con el uso de los puentes peatonales, y todavía se arriesgan queriendo ganarle al tren, entre muchas otras irresponsabilidades, que derivan a hechos lamentables.
“Nuestro papel como programa de Educación Vial es algo permanente, que llega a una población vulnerable como lo son los niños, a ellos les enseñamos el modo de actuar una vez que se encuentran en el la vía pública, ya sea pie o a bordo de un vehículo, al lado de su familia, y es algo, que tenemos la certeza, ellos lo aprenden, y lo ponen en práctica”, agregó.
Recordó que el 2018, cerró con 16 hechos fatales en esta ciudad fronteriza, sin contar con las personas lesionadas, por motivo de accidentes de tránsito, y en este 2019, ya se tiene 2 decesos,
Es por ello, que exhortó a la comunidad a sumarse en la protección, a sumarse en la seguridad de sus hijos, y de sus propias vidas, que no descarten que por un descuido, pueden formar parte de las estadísticas donde nadie quisiera estar.