Este jueves se cumplen 102 años de la defensa de la soberanía del país a manos de la gente de esta frontera
Varios disparos se escucharon el 27 de agosto de 1918, alrededor de las 16:00 horas. Un hombre se encontraba en medio de lo que hoy es la calle Ruiz Cortines ondeando al viento un pañuelo blanco en señal de paz. Su súplica fue atendida por una bala con trayectoria mortal.
Minutos antes, Zeferino Gil, se disponía a cruzar la garita internacional de Nogales. Por varias razones, el paso a Nogales, Arizona, estaba restringido, y era muy común que, para salvaguardar la frontera, los cancerberos norteamericanos realizaran llamadas de atención a punta de fusil. Hizo caso omiso a los disparos de advertencia del guardia estadounidense. Pero no así a Francisco Gallegos, celador mexicano. El centinela respondió a los disparos, hiriendo de muerte al guardia anglosajón. Éste fue el detonante de una incipiente lluvia de plomo que, a la postre, se convertiría en una tormenta de metralla.
La gente comenzaba a replegarse, las calles estaban vacías, varios agentes del ejército norteamericano ya se encontraban en territorio mexicano. El destacamento se emplazó en las calles Elías y Camou, así como en los callejones Sandoval y del Cerro. El encuentro era inminente y desproporcionado.
Algunos ciudadanos acudieron a la cárcel para abastecerse de armas, pero sólo encontraron algunos rifles y cajas de municiones que no se podían utilizar.
No obstante, la gente se armó como pudo y, sin esperar órdenes, salieron al encuentro de los invasores. El ejército norteamericano ya había crecido a 2 mil unidades.
Gravemente herido, el hombre del pañuelo blanco fue trasladado con el médico. Después de 30 minutos, falleció. Su nombre era Félix Peñaloza, su oficio: Alcalde Municipal de Nogales.
La revuelta
Habiéndose generalizado el fuego en ambas partes y declarado el estado de alerta en las dos poblaciones, la batalla fue progresando. El Ejército Mexicano se encontraba replegado, esperando refuerzos, y la población nogalense cada vez sufría más bajas. Los heridos eran trasladados al barrio “El Ranchito”, lugar donde se improvisó una sala de urgencias. No había esperanza de solución.
Un conato de tregua trató de establecerse en el transcurso del 27 de agosto, a eso de las 18:30 horas, pero el respeto ante tal pausa fue unilateral: Los norteamericanos no realizaron el “cese el fuego”.
Los altercados prosiguieron de manera intermitente hasta que el día 29 de agosto, a las 11:00 horas, el gobernador de Sonora, Plutarco Elías Calles y el Jefe del Distrito Militar del Estado de Arizona, el general Cabell, acordaron dar por terminado el altercado.
Después de 42 años, Nogales fue declarada Heroica por el Congreso Federal el 22 de julio de 1961, gracias a la participación de los nogalenses en la defensa del territorio nacional.
Los caídos:
- Félix Peñaloza
- Francisco Gallegos
- Jorge Villa
- Ignacio Valencia
- Jesús Borbón
- Ramón Varela
- José Valencia
- José Celis
- Andrés Ceceña
- Mariano García
- A.R. Contreras
- Jesús Ramírez
- Jesús A. Galván
Fuente: “El Nogales de Ayer”, de Enrique Mascareñas