Después de pasar la tarde pegados al marcador, su peor temor se hizo realidad: no habría postemporada para el campeón de la Liga Nacional.
Los Bravos de Atlanta y los Mets de Nueva York se repartieron la doble cartelera del lunes, lo que significó que ambos equipos se dirigirían a la postemporada, dejando a los D-backs fuera de la competencia. Los tres equipos terminaron la campaña regular con un récord de 89-73, pero los Mets y Bravos tenían la ventaja en el desempate debido a que habían ganado sus series de temporada ante Arizona. Al final, a los D-backs solo les quedó ver cómo su temporada se esfumaba por televisión.
“Es desafortunado, pero no puedes controlar el clima”, indicó Gallen. “¿Quién sabía que habría un huracán? La situación es que hay gente que ha fallecido y ha perdido sus casas. Enojarme por un desastre natural sería desatinado”.
Los D-backs necesitaban que cualquiera de los equipos barriera los dos juegos para avanzar, pero los Mets tenían pocos incentivos para ganar el segundo encuentro de la doble cartelera, ya que habían confirmado su lugar tras ganar el primero. Los Bravos, por su parte, estaban más motivados porque una victoria les aseguraba continuar jugando en octubre.
El primera base de Arizona, Christian Walker, admitió que los únicos culpables eran ellos mismos. “Hay frustración, no hacia los (Mets)”, comentó. “Así lo hubiera hecho cualquier equipo. Si nos sentimos infelices, es momento de ver hacia dentro y decir que pudimos hacer más y jugar mejor”.
Fue un amargo final para los Diamondbacks, que esperaban repetir el éxito de la temporada pasada cuando llegaron a la Serie Mundial. Pero hubo muchas razones para la decepción durante la temporada.