El 6 de agosto, a las 6:00 a.m., Darnay Cockrell reportó a la policía el secuestro de su hija de 4 años en Mesa, Arizona. El audio de la llamada al 911 muestra a Cockrell angustiado, con un tono de voz que refleja la desesperación por la situación. Una patrulla policial llegó a su domicilio, capturando el desarrollo del incidente en video.
Las imágenes muestran a Cockrell en un estado de agitación, con una reacción emocional que dificultaba la comunicación con los oficiales. La policía, siguiendo los protocolos de seguridad en situaciones de crisis, le ordenó tirarse al suelo. Esta orden, a pesar de su necesidad en un contexto de potencial peligro, fue percibida por Cockrell como una agresión en un momento en que su prioridad era la búsqueda de su hija.
Ante la dificultad para comprender la situación y la reacción de Cockrell, los oficiales le esposaron y lo detuvieron. Las investigaciones revelan que la policía intentó comprender el contexto, cuestionando a Cockrell sobre su relación con la madre de la niña, Nicole Conner-Sharp. Tras un tiempo, la niña fue encontrada sana y salva, y Conner-Sharp fue arrestada por conductas desordenadas bajo la ley de violencia doméstica.
El día 15 de agosto, Cockrell decide dar más detalles de la situación y aún conmovido por el incidente, explicar como presentó una queja interna contra la policía por el trato recibido. El departamento, tras una investigación, declaró que no se violaron los protocolos de actuación policial. Sin embargo, como medida preventiva, se decidió implementar un entrenamiento adicional para los agentes involucrados en el caso.