La vida cambió para Brendan Fraser
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El Diario de SonoraBrendan Fraser estaba en el rodaje de The Whale cuando en internet aparecieron fotos comparando sus épocas como el galán de George de la jungla y La momia con el físico de 272 kilos con que aparece en la reciente cinta. Es cierto que pasaron 20 años de su época más famosa, pero las fotos irreconocibles tienen que ver con el maquillaje sintético que lo transformó para interpretar al personaje, por el que recibió el reconocimiento como Mejor Actor de los Critics Choice Award o el tributo del Festival Internacional de Cine de Toronto, apenas una semana después del estreno mundial de la cinta en el Festival de Venecia, convirtiéndolo en el favorito del Oscar.
“Las nominaciones y los premios son nuevos para mí, porque por lo general soy la persona que sube al escenario para entregar los reconocimientos. Incluso tengo mi técnica: sostener el trofeo con la mano izquierda para saludar con la derecha. Creo que la última vez que escuché mi nombre en una entrega de premios había sido en cuarto grado, por una liga de bowling. Mi madre insiste que era un premio muy importante y llevaba el nombre de Brian Fisher en vez de Brendan Fraser. Pero el que me dieron en Toronto, tiene mi nombre, ese sí es mío”, comenta entre risas.
“No sé qué sucederá en el Oscar. Mientras trato de disfrutar el presente y lo que deseo es que al público le guste The Whale tanto cmo a mí.
Para recordar el éxito de George de la jungla comenta lo que le decían los admiradores.
“Sólo espero que nadie se haya roto algún hueso jugando a George de la jungla en el patio de casa. A lo largo de los años se me acercaron muchos padres elogiándome la película para contarme que también sus hijos terminaron en el hospital, por intentar saltar los árboles como si fueran de goma, como yo lo hacía en la película”.
“Me veo bastante diferente a aquellos días. Con The Whale se presentó el mayor desafío que pude haber imaginado. Es el hombre más heroico que me tocó interpretar, porque tiene el poder de ver el lado bueno de la gente y plasmarlo en él.
“Es un personaje muy diferente a lo que había hecho antes. Creo que a Darren Aronofsky le tomó diez años filmar esta película y otros diez años para conseguir un actor (risas). La primera vez que fui a su oficina había sido una tarde muy fría de enero y hablamos sobre el proyecto, cuando ni siquiera me podía dar un guion. Me dijo que era la historia de un hombre que tenía cierto arrepentimiento y que se estaba destruyendo a sí mismo comiendo demasiado. Era alguien que también se quería reconectar con la hija para decirle cuánto la quería y que le quedaba poco tiempo para vivir.
“Después nos volvimos a encontrar para una prueba, donde tuve que leer una escena en un pequeño teatro de Nueva York, cerca de donde vivo. Eso fue en febrero de 2020, apenas dos semanas antes de que la pandemia cerrara el mundo. Después de un tiempo, Darren pensó que filmar con cinco actores en una habitación podía llegar a ser bastante fácil de controlar para protegernos, y tenía razón, ninguno de nosotros se enfermó durante el rodaje”, reflexiona.
“Tuve el lujo de ensayar durante tres semanas, antes de pisar el estudio. Darren insistía en que éramos como una compañía de teatro y ensayamos sin la escenografía ni el vestuario. Incluso tuvimos que imaginar que había una pared por una cinta que pusieron en el piso, para cuidar de no cruzarla”, comenta.
Basada en una obra de teatro del mismo nombre, en The Whale Brendan Fraser interpreta al padre de una adolescente que se reconecta con él, después de haber abandonado a la familia por un amante que falleció. Ese es el personaje de 272 kg,
“Se trata de una historia de redención sobre un hombre que se olvidó a quién quiere, hasta que se da cuenta que no le queda mucho tiempo para vivir”.
El público se ha sorprendido con la transformación física de Brendan Fraser.
“El diseño de maquillaje lo consiguió un canadiense, Adrien Motor, quien ya había trabajado con Darren Aronofsky. El proceso fue increíble: primero me escanearon el cuerpo con un iPad, en la puerta de mi casa y después imprimieron en 3D un modelo virtual del personaje. El resto fue con métodos mucho más tradicionales de silicones y aplicaciones con modelos a mano y arcilla. La primera vez que lo vi fue en un maniquí que parecía que lo habían sacado de un museo, porque era una verdadera obra de arte. Fue un privilegio llevar en mi cuerpo semejante trabajo artístico. Y jamás hubiera podido hacer lo que hice sin sentir la fuerza de gravedad de la obesidad, la física del peso y el maquillaje me lo permitió. Fue toda una creación y no creo que hayamos visto antes en el cine una combinación de maquillaje y vestuario tan auténtica.
“En cuanto al trabajo actoral, es importante aclarar que la movilidad física del personaje está limitada al espacio de su casa, que es simplemente un sofá. Su historia se cuenta detrás de unas puertas cerradas y él es como la única luz en un espacio muy oscuro. Suena bastante poético el trauma que él lleva en el peso de su cuerpo. Yo también tuve que aprender a moverme de una forma completamente nueva. Estoy seguro que desarrollé músculos que ni siquiera sabía que tenía. No imaginaba que tenía vértigo como el que tuve que sobrellevar. Y lo digo porque es lo que me dio tanto aprecio por gente que tiene un cuerpo así, al aprender la fuerza que necesita una persona física para poder habitar.
“Al final del rodaje aprendí que cuando invertimos todo lo que podemos y damos todo lo que esté en nosotros, como si fuera la primera y última vez… siempre sale algo bueno. Y estoy seguro que con The Whale vamos a cambiar muchos corazones y formas de pensar.
“Uno de mis recuerdos favoritos es cuando mi personaje se enoja con sus estudiantes y tira por el aire su computadora. Ese día yo incluso tenía la obligación de operar la cámara con un pequeño control remoto, para mostrar el cuerpo y que la cámara pudiera verlo sin mostrar al director que estaba escondido detrás de un mueble, tentado de la risa porque les parecía gracioso que yo estaba rompiendo una computadora carísima que terminó dando contra la heladera y tuvimos que filmar todo de nuevo”, recordó.
Confiesa que Brendan Fraser ha ido cambiando, lo que también sucederá después de The Whale.
“Si te fijas en los últimos años de mi carrera profesional, te vas a dar cuenta que hace rato que se me rompió la bola de cristal. Con este proyecto logré una gran oportunidad al entrar en el cuerpo de otro hombre para contar la rica historia interna de su vida. Siento que tengo mucha suerte de haber tenido esta oportunidad con tanto ‘peso’, literalmente”, finalizó
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