La victoria por 5-4 no fue una hazaña fácil, ya que rompieron una racha de 11 derrotas en juegos de eliminación en postemporada que se extendía hasta el sexto encuentro de la Serie Mundial de 1997.
Fue David Fry, un nombre que resonará en la memoria de los fanáticos de Cleveland, quien se convirtió en el héroe de la noche. Su jonrón de dos carreras en el séptimo inning y su toque de sacrificio en el noveno inning pusieron a los Guardianes al frente, dejando a los Tigres atónitos y a los aficionados en un estado de euforia.
El equipo de Detroit, a punto de acceder a la Serie de Campeonato de la Liga Americana por primera vez desde 2013, parecía tener el control del partido. Zach McKinstry había conectado un jonrón en la quinta entrada ante Tanner Bibee, y Wenceel Pérez había impulsado una carrera en la sexta entrada, volteando el marcador a su favor.
Sin embargo, el espíritu de Cleveland no se apagó. Fry, en una demostración de la resiliencia que caracteriza al equipo, se encargó de cambiar el destino del partido. Su jonrón, un golpe certero que resonó en el estadio, fue seguido por un toque de sacrificio que impulsó la carrera que selló la victoria.
"Hemos demostrado durante todo el año lo que somos", declaró Fry con la tranquilidad de un guerrero experimentado. "Vamos perdiendo 2-1 y estamos en el vestuario como si fuera un día más. Dispuestos a jugar para buscar una victoria. Y vamos a ganar el quinto juego."
El quinto juego, una batalla épica por un lugar en la Serie de Campeonato de la Liga Americana, se llevará a cabo este sábado en Cleveland. La atmósfera será eléctrica, la tensión palpable, y la batalla se librará en el terreno de juego. Los Guardianes, con la energía de su victoria y la determinación en sus ojos, buscarán dar el golpe final.