El General dijo que para combatir el narcotráfico hay que cambiar las balas por las ideas.Es un mito creer que la delincuencia inicia en la pobreza, porque la inversión social sin seguridad se pierde, afirmó, el ex director de la Policía Nacional de Colombia, general Óscar Naranjo Trujillo.Argumentó, el también conocido por encabezar la guerra contra el narcotráfico en Colombia y calificado como mejor policía del mundo en el año 2011, que se debe mantener la seguridad en una comunidad para que prevalezca el Estado de derecho y esto lleva a que los jóvenes, grupo más vulnerable para la delincuencia organizada no se involucren porque sin seguridad no hay garantía de una economía.“Esto es fácil decirlo, pero la verdad cuando decimos que la prioridad número uno debe ser destruir economías criminales, creo que estamos llegando al corazón de ese problema y liberando a los jóvenes del incentivo perverso y una mafia que pretende comprar conciencias, vidas, lujos”, puntualizó. Durante su conferencia de prensa, el experto en temas de inteligencia y actualmente asesor en seguridad del Gobierno colombiano, reveló que durante años en América Latina se creyó que la delincuencia era una “expresión natural” de la pobreza y ahora con estudios se comprueba lo contrario.“Dijimos que en America Latina había delincuencia porque había pobres y cometimos dos grandes errores... La primera fue haber graduado a los pobres de delincuentes y la verdad todos sabemos que un pobre no es un delincuente y el segundo error fue planteado una falso dilema ¿qué hacer con los recursos del estado?, ¿los invierto en seguridad o en inversión social?”, aseveró.Esto provocó que la inversión social se perdiera porque no había seguridad en las comunidades, dijo, porque se desconocía que la seguridad es la primera ley de la república.“Sin seguridad no hay democracia, sin seguridad no hay libertades, no hay prosperidad... Lo cual no significa que los incentivos que crea la economía criminal en muchas comunidades son superiores a los incentivos que genera el Estado y la sociedad en relación con sus valore ay principios, por lo tanto se trata de tener una oferta desde el Estado a los ciudadanos que incentive el apego a principios y valores democráticos y destruya los incentivos materialistas, mafiosos del dinero de esas organizaciones”, abundó. Naranjo Trujillo compartió que el cambio el Colombia fue por tres razones; uno porque los ciudadanos participaron con acciones de no al delito e impusieron a las autoridades mantener en la agenda el tema de seguridad.El segundo factor fue “quebrar” los mitos que crea la delincuencia durante años en ese país, cuando el Estado tuvo la capacidad de judicializarlos, someterlos a la ley y encarcelarlos.“Por poderoso que sea un delincuente nunca se impondrá sobre el Estado y la ciudadanía, creo que eso es parte del éxito... No hay delincuentes intocables y por poderosos que sean el Estado debe tener la capacidad de someterlos”, detalló. Como un tercer punto, que ayudó a combatir el crimen organizado y el narcotráfico en Colombia, fue la cooperación internacional, agregó el general.“Fenómenos como el narcotráfico deben considerarse como fenómenos trasnacionales que implican cooperación en el sentido de responsabilidad compartida, pensar en el Estado de manera individual puede superar este fenómeno, es un gran error”, sostuvo.