“Los polvorines deben estar a nueve kilómetros de la población y los tienen atrás del negocio”.Ángel Campillo Montaño, quien fuera director del C-4 y encargado de Protección Civil durante cuatro administraciones municipales continuas, afirmó que la venta de cuetes es ilegal, ya que esos comerciantes no cuentan con el permiso respectivo ni acatan las disposiciones mínimas de seguridad que exige la Ley de armas y Explosivos.Explicó que el permiso 81 de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) que colocan en mantas los comerciantes de estos artefactos explosivos, se refiere únicamente a que cuentan con permiso de transportación, más no de comercio a la gente y mucho menos a niños.Destacó el riesgo que consideró como grave para la población, ya que en la parte posterior de los puestos de venta de cuetes, construyeron cuartos sin seguridad, para almacenar explosivos, que en caso de contar con permiso para comercialización, no debe exceder de 9 kilogramos.“Con esa lona que puso la persona que todos los años comercializa la venta de cuetes, tratan de engañar a la comunidad poniendo que cuentan con el permiso 81 de Sedena, pero ese permiso es únicamente para transportar esos explosivos, pero no para venderlos”, aseveró.Puntualizó que el polvorín más próximo autorizado por Sedena se encuentra en Caborca.“Y aquí este señor que siempre viene a vender sus cuetes, construyó unos cuartuchos donde almacena esos explosivos y por supuesto que pone en riesgo a toda la gente porque sus negocios están ubicados frente a centros comerciales, de diversión y viviendas”, manifestó.Miguel Ángel Campillo, consideró que la pérdida de un dedo, de un ojo o cualquier parte de cuerpo, de los niños, que son los que más manejan los cuetes, es un hecho doloroso que se lamenta para toda la vida.“Cuando yo estuve de encargado de Protección Civil jamás dejé que ese señor (del cual se reservó su nombre) vendiera cuetes en Agua Prieta, aunque en alguna ocasión de hace muchos años, me llegó a ofrecer la cantidad de 670 mil pesos de mordida para que lo dejara vender sus explosivos y ni aun así tuvo entrada conmigo”, concluyó.