Gerardo Jáuregui Meza y Edrei Azael Preciado Mendoza permanecen prófugos.Hasta el cierre de esta nota, por diferentes rumbos de la ciudad y brechas de las periferias que conducen hacia la zona urbana, e incluso hasta en asentamientos rurales, continuaban los operativos para tratar de localizar a dos fugitivos, implicados en el homicidio de Mario Rocha Obana y Dulce Gabriela García Moreno, los cuales fueron ultimados arteramente, hace una semana, según investigaciones arrojadas por personal de la PGJE.Cabe mencionar que los operativos realizados, en torno a este suceso que todavía tiene conmocionados a los familiares y a la sociedad civil, en general, llevan ya varios días; pero fue el sábado que se incrementaron desde temprana hora, con ayuda de fuerzas federales (Sedena y Policía Federal), hasta que el titular de la PGJE, Carlos Navarro Sugich, dio información oficial sobre este caso, ese mismo día por la tarde, a nivel estatal.Incluso un helicóptero del Ejército Mexicanoy otro de la PF estuvieron sobrevolando, a intervalos, el casco urbano y sus alrededores, en busca de Gerardo Jáuregui Meza, de 44 años de edad y Edrei Azael Preciado Mendoza, de 22 años, desde el sábado la mañana y todavía hasta ayer en la tarde, trascendió, sin que se dieran a conocer resultados de estos operativos que tienen en zozobra a la comunidad, por la gran cantidad de unidades y elementos de los tres niveles de Gobierno.Como se recordará, Navarro Sugich, declaró el sábado, en punto de las 18:30 horas, a través de Telemax y Radio Sonora, que la PGJE detuvo a tres sujetos señalados como probables responsables del homicidio de los jóvenes Mario y Dulce Gabriela, ocurrido el pasado 15 de marzo del año en curso.Ellos son: Douglas Ramón Burruel Rodríguez, de 30 años; José Ángel Woo Ibarra, de 19 años y un menor de 17 años de edad, apodado “El Pepochas”.Expuso que además se solicitó orden de aprehensión en contra de dos sujetos más; Preciado Mendoza y Jáuregui Meza, mismos que actualmente se encuentran prófugos de la justicia, siendo señalado este último como el autor intelectual de los aberrantes hechos, y cuya casa permanecía sitiada desde el sábado.