El Arzobispo de Hermosillo, José Ulises Macías Salcedo aseguró que Iván de Jesús Bernal Zamora ya no puede regresar a la iglesia, luego que al final decidió postularse a la alcaldía de Agua Prieta por invitación hecha por parte del Partido Acción Nacional.El párroco aseveró que cuando los padres hacen sus votos para formar parte de la iglesia, deben ser para siempre, por lo que una vez que toda persona prefiere dejar la ley eclesiástica entonces se pierden todos sus derechos como sacerdote y ya no puede regresar a oficiar misa.“Platicó conmigo y le enseñé todo esto, le dije que al momento en que él aceptara con una respuesta directa y con una actitud de aceptar la invitación y comenzar a postularse, quedaría suspendido de su ministerio, suspendido”, afirmó.Macías Salcedo explicó que la ley eclesiástica les enseña que un ministro de culto no puede aspirar a un puesto público nombrado popularmente, de tal forma que si alguien lo hace, pesa sobre él una censura que se aplica de forma inmediata, por lo que una vez que celebró un acto oficial, perdió todos sus derechos como prelado.“Por lo tanto ya no podrá celebrar, no podrá confesar, no se podrá celebrar su ministerio, quiero aclarar que él hizo una labor muy bonita, socio-religiosa, atendió como pastor a su rebaño, se inquietó mucho por la dimensión social del evangelio, la atención a los migrantes, yo creo que fue su gran labor pastoral como sacerdote”, comentó el Arzobispo de Hermosillo.Ahora, adelantó, la labor de la iglesia será enviar el expediente de Bernal Zamora a El Vaticano para que sean los altos religiosos los que decidan qué sucederá con el futuro del ahora ex sacerdote de Agua Prieta que no podrá regresar a ofrecer misa o realizar algún tipo de acciones relacionadas con la iglesia.Resaltó que en Sonora no se había presentado un caso similar de un religioso que deje atrás los hábitos y se meta de lleno a la vida política, excepto el caso de un obispo en Paraguay que aceptó ser Presidente de la República y dejó el ministerio.“Se suspende, se le dice que ya no puede celebrar, no puede confesar, no puede ejercer su ministerio sacerdotal, aunque ya de Roma tomarán la decisión ¿Qué es lo que sigue?”, expresó José Ulises Macías Salcedo al resaltar que esas decisiones se basan en la ley canónica.