México domina la Copa Oro pero enfrenta retos rumbo al Mundial 2026

Javier Aguirre, el estratega que volvió a levantar la copa después de dos años, sabe que este triunfo es solo el comienzo.
Mientras Estados Unidos llegó al partido decisivo con un equipo mermado por ausencias clave—"Christian Pulisic y Weston McKennie eran bajas importantes", admitió un asistente técnico rival—, México aprovechó para probar a jóvenes talentos que podrían ser piezas claves en el futuro. Entre ellos, tres nombres resonaron con fuerza:
El torneo no dejó solo luces. La falta de profundidad en ataque, especialmente por la banda derecha, fue un problema recurrente. Roberto Alvarado, forzado a jugar fuera de su posición, no logró conectar con Jiménez, mientras que los laterales Julián Araujo y Jorge Sánchez aportaron poco en ofensiva. En la portería, Luis Malagón mostró inseguridad, un detalle preocupante con Guillermo Ochoa esperando su oportunidad: "No le regalo nada a nadie", declaró el arquero de 38 años, quien busca su sexta Copa del Mundo.
El calendario aprieta. Antes de cerrar el año, el Tri enfrentará a Japón y Corea del Sur en septiembre, seguido de duelos contra equipos sudamericanos en octubre—uno confirmado ante Ecuador en el Akron—. Para noviembre, Aguirre planea medirse contra un rival africano, aunque aún sin confirmar. La preparación se intensificará en 2026 con un Clausura acortado, replicando la fórmula usada antes del Mundial de 1986, cuando México alcanzó su mejor participación histórica.
La Copa Oro fue un termómetro. Ahora, el verdadero examen viene.