Comeciantes nacionales y extranjeros exponen, además de sus productos, su cultura.Aunque el evento tenga una connotación netamente cultural, la recién inaugurada Expo Artesanal, en esta ciudad, aporta muchos beneficios, porque los artesanos que vienen, aparte de brindar cultura, conocimientos de gastronomía, de salud y ratos de sano esparcimiento, también dejan derrama económica, al consumir alimentos y emplear servicios de la localidad.Definitivamente es un atractivo turístico para Caborca, porque además, invita a pobladores de municipios aledaños, para que con ese pretexto, visiten la ciudad y también aprendan culturas foráneas, y de paso, dejen alguna derrama económica.La Expo Artesanal, como lo dijo un funcionario de Turismo Municipal, permite conocer las tradiciones, artesanías, costumbres e interactuar con gente de otros países, como Arabia (Pakistán), Turquía, Ecuador y Colombia, lo que viene a elevar el nivel cultural de la población.Asimismo vienen, en esta expo internacional y nacional, artesanos mexicanos de: Puebla, Oaxaca, Jalisco, Guanajuato, Estado de México y Distrito Federal, entre otros.No cabe la menor dudad que este evento brinda un espacio de convivencia familiar, y aparte se rescata y da vida a un sitio público, como es la Plaza 6 de Abril. Por tal motivo esta Expo Artesanal, que estará hasta el 22 de marzo, es un lugar idóneo para que alumnos de las diversas escuelas de Caborca asistan en grupos organizados, acompañados de sus maestros, a conocer otras culturas y de paso que aprendan cómo elaboran, los artesanos, los productos que ofrecen, con sus propias manos.Cabe mencionar que durante un recorrido por los diversos puestos, o stands, de la Expo Artesanal, EL DIARIO DE SONORA entrevistó a varios de los artesanos que la integran, para conocer más acerca de los productos o artículos que elaboran y ofrecen al público.DE CHIAPASDesde San Cristóbal de las Casas, Chiapas, la señora María Morales, quien viene acompañada de su esposo, expresó que entre los productos que elaboran con sus propias manos, se encuentran los juguetes tradicionales mexicanos y coloridas prendas de vestir, propias de la cultura chiapaneca.Manifestó que en madera elaboran juguetes, como los trompos (de atractivos multicolores), matracas, carritos, baleros, yoyos, rehiletes, culebritas, masajeadores de pies y espalda, etcétera, además de ropa bordada.“Todo lo hacemos allá en Chiapas para traerlos a ustedes y que conozcan como nos divertíamos antes, de una forma más amigable ya que jugábamos en conjunto. Había más cercanía y amistad……..todo era más sano entonces…….. no había tantos aparatos de esos electrónicos que hay ahora y que solo sirven para atolondrar más a los chamacos”, comentó.La señora Morales, refirió también que sus productos, que son más duraderos, se han devaluado mucho porque el Gobierno permite la entrada de artículos chinos o de otros países orientales, que aparte de que no son desechables, contaminan el medio ambiente porque luego se averían y se convierten en basura tóxica o contaminadores.Aseguró estar consciente que esos productos chinos son más baratos, y que la economía mexicana está por los suelos, y que por eso la gente los compra; pero que con eso, a ellos los artesanos, los está orillando, cada vez más, que dejen de ser portadores de sus propias culturas, al ‘quebrar’ el mercado artesanal mexicano y que en un futuro no muy lejano desaparezcan las tradiciones de nuestro país.DE TURQUÍAOsam Altrushi, con un fluido español, aunque con acento propio de su país, expuso que vende cosméticos árabes, como: rimels, delineadores, maquillajes, polvos de arroz, perlas para rubor, plumones, etcétera, los cuales le envían sus familiares desde Turquía, porque él ya tiene casi un año residiendo en México y le gustó vivir aquí porque siente que hay más libertad.Existe una gran diferencia entre México y Turquía, porque en su país hay muchas prohibiciones, especialmente para las mujeres, ya que no les dejan exhibir sus rostros o cuerpos, como en esta nación, ejemplificó, y por eso es que vende esos productos, también como una forma de protesta ya que son naturales, de excelente calidad, y las mujeres turcas casi no pueden utilizarlos, por esa falta de libertad. DE PUEBLAEn el stand más aromático de toda la expo, en el que se venden exclusivamente jabones y cremas, de origen natural, para diferentes usos medicinales y cosméticos; el joven Raúl Ojeda Valenzuela, externó que todos esos productos los traen de Puebla.“Son productos hechos 100% a mano, son 100% naturales y cada jabón o crema tiene diferente función, ya sea para cuero cabelludo, para la piel u otras partes del cuerpo”, explicó.Los jabones más consumidos, dijo, son el de azufre, porque combate el acné, los barritos, las espinillas y otras afecciones cutáneas. También el de avena de coco, que es para limpieza de la tez grasosa; y el de caripel, para crecimiento del cabello.El de pachuli sirve como estimulante sexual, dijo entre risas mientras volteaba a ver a otros clientes “que luego luego pararon oreja” y comenzaron también a hacer sus bromas al respecto.Agregó que también las cremas de: baba de caracol (regenerador celular), concha nácar (cicatrices), colágeno (estirar la piel), de leche de burra y almendra (aclaradoras), bloqueadoras solares con sábila y otras más para quemaduras o picadas de insectos, también son muy bien vendidas, entre los más de 30 productos que ofrece al público.DE PAKISTÁNMohamed Abdoai Alí, acompañado por su esposa y rodeado de exuberantes vestimentas, típicas del Medio Oriente (como las bailarinas u odaliscas, que salen en las películas de acción) manifestó que viene presentando algo de la cultura de Pakistán y de la India, a través de prendas de vestir, joyería y adornos personales, incienso, perfumería, etcétera.“Los productos (ropa) son 100% de lino, 100% algodón, 100% chefón, todo bordado a mano. También el perfume de Arabia cuando se pone en la ropa o en la piel dura hasta cuatro días, pero lo que más se vende es la ropa, el incienso y el perfume de Arabia”, agregó con un español muy entrecortado, al indicar que además vende calzado 100% hecho a mano.