La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro ha incluido a cinco ciudadanos colombianos, líderes del 'Clan del Golfo', y a dos empresas mexicanas asociadas al 'Cártel de Sinaloa' en su lista negra.
"El presidente Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris están comprometidos a utilizar todas las herramientas a nuestra disposición para combatir a los cárteles que están envenenando nuestras comunidades con fentanilo y otras drogas letales", declaró el subsecretario del Tesoro, Wally Adeyemo, en un comunicado de prensa.
Las sanciones apuntan directamente al núcleo de estas organizaciones criminales. Entre los colombianos sancionados se encuentran:
- José Miguel Demoya Hernández: Acusado de tráfico de cocaína con la intención de distribuirla a los Estados Unidos.
- Alexander Celis Durango: Considerado el principal jefe financiero del 'Clan del Golfo'.
- José Gonzalo Sánchez Sánchez: Identificado como el segundo al mando dentro del 'Clan del Golfo'.
- José Emilson Córdoba Quinto y Wilder de Jesús Alcaraz Morales: Responsables del control de los flujos migratorios a través del 'Tapón del Darién' y del transporte de drogas a través del territorio del 'Clan del Golfo'.
- Nieves y Paletas EVI: Creada por Jesús Norberto Larrañaga Herrera, alias "El 30", y Karla Gabriela Lizarraga Sánchez, para blanquear las ganancias de las drogas, incluidas las derivadas de la venta de fentanilo.
- Farmacia y Mini Super Trinidad: Una farmacia minorista y supermercado en Nogales, Sonora, propiedad y controlada por el narcotraficante José Arnoldo Morgan Huerta, alias "Chachio".
"El Departamento del Tesoro seguirá implacable en la interrupción de la financiación que alimenta el tráfico ilícito de fentanilo, incluidas las empresas comerciales que llenan los bolsillos de los miembros del 'Cártel de Sinaloa'", añade el documento.
Esta acción no solo busca debilitar las operaciones financieras de estos grupos criminales, sino también dificultar sus actividades de tráfico de migrantes hacia los Estados Unidos. El gobierno estadounidense está tomando medidas contundentes para frenar el flujo de drogas y personas a través de la frontera.